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Entrevista | Luis Alberto Barriga, director del Imserso
Luis Alberto Barriga, director del Imserso: “Cuando uno gana años, pierde protagonismo social y no podemos permitirlo”

El director general del Imserso, Luis Alberto Barriga.

Jennifer Jiménez

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Cuando una persona mayor acude al médico con un acompañante y el médico se dirige en todo momento a quien lo acompaña y no al paciente e interactúa con él, se está dando un caso de edadismo o discriminación de las personas por razón de edad. Así, ejemplifica Luis Alberto Barriga, director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, Imserso, cómo la sociedad tiende a desplazar a las personas cuando envejecen. “Cuando uno gana años pierde protagonismo social y no podemos permitirnos eso”, señala a Canarias Ahora durante su estancia en Lanzarote esta semana, donde ha participado en las primeras jornadas sobre Dependencia en Canarias, organizadas por el cabildo de esa isla y la Consejería de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias. Los retos de este sistema, que requiere de una atención integral e individualizada, los cuidados, su financiación y los impulsos y reformas concretas que se están adoptando en materia de dependencia han sido las principales líneas que ha desgranado en su conferencia. El director general también hizo alusión a la perspectiva de género y a que son las mujeres las que sostienen en su mayoría los cuidados. “Se tiene que poder elegir y tener vida, no puede ser que el cuidado acabe siendo la razón de vivir de muchas mujeres”.

“15 años, tres legislaturas para cambiar el modelo y presión ciudadana, no hay otra, esta es la clave”, dijo Luis Alberto Barriga durante las jornadas, donde añadió que “lo serio es poner los derechos encima de las cosas”. Para el director general del Imserso, hay que garantizar a las personas proyectos de vida hasta el final de la vida e insiste en que “los derechos de la gente deben estar por encima de los intereses del mercado” y que es un mito que la atención integral e individualizada sea más cara. Mejorar las prestaciones, la calidad del empleo en dependencia y la reducción de la lista de espera considera que son las prioridades. “Destruir es muy sencillo”, dijo Barriga, que añadió que Canarias está cambiando la tendencia.

Durante las jornadas, ha participado el presidente de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España, José Manuel Ramírez Navarro, que recordó el mal punto de partida de Canarias en atención a la dependencia y señaló que se empieza a ver “la luz al final del túnel”, pero quedan importantes retos.

En el Imserso manejan el mapa de la dependencia por comunidades autónomas. ¿Se está experimentando un cambio de tendencia tras la pandemia?

Hay comunidades que empezaron un poco antes ese cambio como Valencia, que nos ha enseñado precisamente que aquí hacen falta un par de legislaturas y también lo he comentado en la videoconferencia. Esto no se resuelve de la noche a la mañana y no es solo un problema de dinero. Podemos inyectar dinero, pero los tiempos para hacer las transformaciones, la agilización administrativa etc en un sistema que estaba un poco maltrecho ya, lleva su tiempo. Pero, dentro de eso, lo que hay que ver son las tendencias y el cambio de rumbo y el cambio de rumbo es favorable. 

Hay prestaciones en Canarias que quedan por mejorar, por ejemplo, la incorporación de la ayuda a domicilio, aumentar el número de beneficiarios en la teleasistencia… Hay una serie de prestaciones a las que no se ha prestado tanta atención históricamente. ¿El modelo de dependencia debe ir adaptándose a los nuevos tiempos? 

Claro y en el caso de Canarias hay que destacar la parte de gobernanza. Tiene que trabajarse desde los cabildos y puede liderar el Gobierno canario, pero tiene que ser junto a los cabildos porque son los que tienen en sus manos los servicios de proximidad, la teleasistencia, la ayuda a domicilio etc que ahora mismo son vitales. En cada territorio la gobernanza es diferente, es sano, está bien y es la riqueza de España, y aquí uno de los elementos diferenciales es que tiene que hacerse una especie de pacto o acuerdo con todos los cabildos para poder desarrollar bien el sistema. En el momento en el que se desbloqueen esas cosas se puede hacer una aceleración del sistema brutal y muy positiva. 

La lista de espera en dependencia en Canarias, aunque ha descendido, sigue siendo elevada. El presidente de la Asociación Estatal de Gerentes y Directores en Servicios Sociales ha recordado en las jornadas que se debe al mal punto de partida .. ¿Qué cambios seguimos necesitando implantar para dar un mayor impulso? ¿Apoyarse más en la tecnología para agilizar los trámites es una de las claves?

Son sinergias. Hay que tener el norte claro. En el caso de la lista de espera hay que analizar bien el problema e incorporar simultáneamente, esa es la clave, porque no hay una única solución. Los problemas son complejos y las soluciones también lo son. Y entonces de manera sinérgica son distintas soluciones las que hay que impulsar y no cejar en el empeño, que no vaya a golpe de cambios de Gobierno. Y eso es un poco lo que también se precisa, cierta estabilidad en la decisiones y ahí tenemos el ejemplo valenciano que les ha llevado un par de legislaturas: en definitiva dar un vuelco al sistema. Y los resultados al principio no eran buenos, pero en cuanto despegas acaba funcionando y aquí un poco se está en esa línea ilusionante, por lo que vemos. 

Una cuestión que comentabas en las jornadas en Lanzarote es esa vinculación a veces entre lo público y lo privado en materia de dependencia. La asociación estatal ha señalado varias veces que se corre el riesgo de que se ofrezca una atención a la dependencia low cost. 

Estamos hablando de derechos de la gente y los derechos de la gente hay que preservarlos. No solo basta que el Parlamento los apruebe en unas leyes sino que luego tienen que ser trasladados a la realidad y para eso hay que gobernar los sistemas pero siempre con el enfoque de los derechos. Y, claro, si solo es el mercado el que acaba decidiendo qué es lo razonable y qué no pues acaban decidiendo al final la limitación o no de los derechos de la gente en función del criterio de fracturación. No podemos jugar a esto, esto es un sistema de derechos igual que nos pasa con la Sanidad o la Educación. Entonces claro a veces el exceso privatizador que se ha dado mucho en Servicios Sociales, especialmente en algunos ámbitos, esto es un sistema de derechos, igual que pasa con la Sanidad y la Educación. Y entonces a veces el exceso privatizador no es sano porque acaba limitando los derechos de la gente. Los derechos por encima, y luego es que es la decisión de la ciudadanía. Cuando la gente me pregunta ¿y eso cómo se va a pagar? pues como estamos pagando los servicios públicos, esto ya estaba inventado. 

No puede ser que el cuidado acabe siendo la razón de vivir de muchas mujeres

Hacías alusión en la conferencia a que los cuidados siguen recayendo en las mujeres, tanto de forma no remunerada como remunerada y muchas veces precarizada. 

Sí, el remunerado muchas veces es precario y muchas veces no bien remunerado y protegido. Y luego está el cuidado informal que tiene rostro de mujer clarísimamente y que impide además muchos desarrollos vitales de esas mujeres que se ven abocadas a cuidar a los que tenemos en el entorno, que es obligación de todos y de todas. Otro tema importante es la incorporación de los hombres a esos cuidados también, pero además de eso se tiene que poder elegir y tener vida, no puede ser que el cuidado acabe siendo la razón de vivir de muchas mujeres. 

La pandemia también ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar el modelo de residencias, más pequeñas, con otro servicio más personalizado y que se asemejen menos a un hospital… ¿Desde el Imserso también reivindican este cambio?

Sí hemos urdido el acuerdo de acreditación que empieza a limitar en los nuevos centros que se construyan los tamaños, porque el tamaño en esto importa. No se pueden tener macrocentros y aislados de la comunidad, sino que la gente tiene que seguir cuidada en sus entornos o apoyada en sus entornos, a veces en un hogar colectivo pero un hogar, no un hospitalito. 

También esta cuestión se relaciona con el edadismo, que hablabas en las jornadas. El cómo tratamos a las personas de mayor edad. 

Completamente. Uno cuando se jubila y en la medida que gana años pierde derechos, protagonismo social y capacidad de decisión sobre su propia vida y montón de cosas. No podemos permitirnos eso. Una expresión que molesta mucho y que utiliza la clase política es “nuestros mayores”, esos paternalismos a veces que usamos. Son personas adultas que han vivido una vida llena de experiencias y que ahora tienen que seguir viviendo y teniendo un proyecto vital. Y con todos los derechos armados, nada de perder derechos porque ganes años y todo esto nos lo tenemos que hacer mirar porque toca muchos ámbitos. 

¿Es necesario enfocarnos en prevenir la dependencia, con actividades de envejecimiento activo, por ejemplo? ya que el sistema de vida nos lleva a que cuando vamos cumpliendo años pues seamos más dependientes también y es todo una cadena. 

Sí, de hecho, hay mucha buena actividad de envejecimiento activo y saludable porque tiene un componente importante en la salud, pero la salud se preserva con cuestiones de tipo sanitario pero también teniendo una vida que merezca la pena ser vivida. Al final, si la gente pierde el motivo o la razón de vivir se quiere morir y es así de duro. Por eso, tienen que ser servicios de apoyo (todos los servicios sociales) que permitan que la gente articule sus proyectos de vida hasta el final de la vida. 

El Imserso en este aspecto juega un papel importante, de hecho, cuando hablamos de ello se les menciona sobre todo en los viajes… pero requiere de mucho más

Nos han dado una lección de muchas cosas los mayores. Con el tema de los viajes, en la anterior campaña entre enero y junio de 2022 la Incidencia Acumulada de COVID en los viajes del Imserso ha sido cinco veces inferior a la IA en mayores en el global de España. Hay muchas ganas de viajar y es cierto que esa actividad además de los temas de salud y de envejecimiento saludable digamos que es muy positiva para evitar situaciones de aislamiento, soledad, hacer nuevos amigos, parejas. Hay vida después de la jubilación. 

Ahora mismo está el debate de las pensiones y cómo afrontan las personas mayores el tema de la inflación, quizás, a veces se les hace poco protagonistas del debate cuando han sido quienes han sustentado a las familias incluso en épocas de crisis. 

Sí, yo creo que las reivindicaciones son más que justas que tenían en el cambio de modelo de revalorización de las pensiones. Y esa indexación de las pensiones al IPC y al coste de la vida, con los matices y letra pequeña que le queramos meter, pero es importantísima porque es la economía de supervivencia de una parte importantísima de la población y que además tiene un impacto en la economía importante. Aquellos mayores que en la crisis financiera sostuvieron muchísimas familias a base de sucesivas pensiones y que ahora en esta época de inflación se les dejara tirados no tendría ningún sentido y son sostenibles. Yo desde que tengo uso de razón siempre hay agoreros que dicen que no va a poder sostenerse el sistema de pensiones, pues son perfectamente sostenibles. Es verdad que ahora viene un boom y los que éramos del baby boom cuando lleguemos a la jubilación tenemos un pico de gente, pero después habrá un descenso de gente pensionista que es perfectamente sostenible el sistema. 

El modelo de dependencia va a cambiar sí o sí por la presión ciudadana

Muchas veces desde los medios de comunicación se habla de dependencia, pensiones y otras cuestiones que atañen a los mayores como si fuera un tema de menor importancia… 

Como si fuera un coste que no nos podemos permitir. Vivimos en una sociedad que tiene que ser solidaria con todas las partes de la sociedad y una de ellas es la gente mayor, que tiene sus derechos y hay que preservarlos y yo creo que cada vez más la gente mayor va a pelear y se va a organizar por esos derechos porque, y lo he dicho en la conferencia, los derechos siempre hay que estar peleándolos porque si nos dormimos en los laureles acaban estando en peligro.

Antes tocamos el tema de las residencias, una cuestión que se ha puesto de manifiesto es evolucionar también hacia otros modelos como el cohousing y otras formas que no conciban que las personas mayores deban vivir en residencias que se asemejen a un hospital… 

Efectivamente, y en eso hay que conseguir que el sistema sea vaporoso y analicemos. Se están haciendo experimentos en España de distintos modelos. No solo el asunto famoso del cohousing o coliving sino que también hay otros modelos de vivienda con apoyo y en zonas muy rurales y apartadas como la vivienda compartida intergeneracional. Tiene que haber mucha riqueza, no puede haber un único menú o un único plato en el menú, la gente tiene que poder decidir sobre una oferta variada y que a cada estilo de vida se pueda adaptar y ahí hay mucho que avanzar pero puede ser ilusionante que haya distintas alternativas y ninguna de ellas va a ser esa residencia llena de pasillos anchos y batas blancas donde la gente está mirando al techo. 

¿Cree que tras la pandemia y la llegada de los fondos europeos vayamos a ver por fin un cambio en el modelo de dependencia real?

Será lento pero sí, estoy convencido y no solo porque las líneas políticas vayan en ese sentido sino porque son las líneas de Naciones Unidas y la UE, pero además los mayores no vamos a querer otra cosa, es decir, el modelo va a cambiar sí o sí por la presión ciudadana y esto también es cierto.

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