Violencia machista
La madre de Triana, la mujer asesinada en el barrio de Arenales: “Mi hija era una luchadora”
Por Triana Arias aún no se han guardado minutos de silencio institucionales. Su cuerpo fue hallado el pasado 27 de abril en una playa de Arucas, en el norte de Gran Canaria. A los pocos días, fue detenido el dueño de un bar del barrio de Arenales, en la capital grancanaria, como presunto autor del crimen. Ana, la madre de Triana, cuenta que vive estas semanas posteriores al crimen con mucha angustia e incertidumbre. A la falta de información se le suma que no ha podido recuperar el cuerpo de su hija.
El 23 de abril ambas llegaron a la isla porque tenían un juicio por la custodia del hijo de Triana. Su abuela está luchando para que el niño se vaya a vivir con ella a Burgos o que, al menos, de momento le dejen pasar allí el verano con ella, algo que se ha convertido en su objetivo primordial. Triana vivía en Italia pero pasaba en Gran Canaria largas temporadas. No tenía una vida fácil, pues había pasado por malos tratos y por la prostitución debido a esas relaciones. Luchaba por tener una vida mejor y por dar una mejor versión de sí misma para poder algún día estar con su hijo.
Ana empezó a angustiarse al ver que pasaban las horas y no sabía nada de su hija y a no saber qué hacer, pero como estaba a cargo de su nieto tampoco podía moverse para preguntar. Sí asegura que le preguntó a una amiga de Triana con la que estuvo el último día, pero no tenía noticias de ella. El domingo ya tenía que regresar a Burgos y allí le contó a la hija mayor de Triana, de 23 años, que estaba preocupada. Entonces se decidieron a poner en redes sociales que no sabían nada de su paradero y la gente empezó a preguntar. En las redes publicaron fotografías de ella y de sus tatuajes para que se le identificara.
El 27 de abril llega una noticia que sobrecoge el corazón de Ana. Ha aparecido el cadáver de una mujer en la costa de Arucas, en la playa de Los Enanos, en San Andrés. Ahí, cuenta que sintió que podía ser ella y se vino abajo. “Me dio una corazonada”, lamenta.
“Me duele que haya sufrido”, es la frase que más ha venido repitiendo, una frase que pronunciaba incluso antes de leer titulares que apuntaban a que habían intentado descuartizar su cuerpo. “Voy a pensar que los golpes que tiene son de las piedras del mar”, pensó Ana antes de leer la prensa.
La falta de información está mermando psicológicamente a Ana, que se siente muy angustiada por no tener noticias. Debido a la burocracia ha tardado en contar con un abogado y espera, después de unos trámites que ha resuelto esta semana, poder empezar a contar con información, ya que el caso se encuentra bajo secreto de sumario. La mujer insiste en que va a seguir luchando porque haya justicia, porque se sepa qué ocurrió con su hija.
Ana remarca que no quiere entorpecer la investigación y que agradece a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pero sí añade que lleva dos meses de mucho dolor al que se ha sumado la burocracia. “Mi hija sigue en una nevera”, lamenta.
Quiere que se recuerde a su hija como una luchadora que se estaba preparando para algún día poder vivir con su hijo. Su madre asegura que intentó siempre estar ahí para apoyarla y sostenerla pero Triana no tenía una vida fácil. Su caso además ha consternado a todo el barrio de Molino de Viento y la zona de Arenales de Las Palmas de Gran Canaria. El detenido era conocido en la zona por cerrar el bar con chicas que lo consideraban un lugar seguro, lo que pone en evidencia la violencia a la que están expuestas las mujeres en este contexto.
“Que pague el que tenga que pagar, han dejado a un niño con autismo sin mamá y pregunta por ella cada día”, insiste la madre de Triana.
Todos los años hay feminicidios en contextos de prostitución que revelan situaciones de extrema violencia y maltrato y todo el mundo mira a otro lado
Este caso aún no ha entrado en el cómputo de feminicidios del Gobierno de Canarias. Desde el Instituto Canario de Igualdad apuntan que aún se encuentra bajo secreto de sumario.
Desde la Red Feminista de Gran Canaria señalan que, con la ley canaria en la mano, no hay lugar a debate , “este caso es un feminicidio y no solo es que tenga que contar simbólicamente y cuantitativamente, sino que es necesario que se ponga a disposición de la familia los recursos destinados a los casos de violencia de género”.
De hecho, si atendemos a la ley canaria de violencia de género, se entiende como feminicidio “los homicidios o asesinatos cometidos en el ámbito de la pareja o expareja, así como otros crímenes que revelan que la base de la violencia es la discriminación por motivos de género, entendiendo por tales, entre otros, los homicidios o asesinatos vinculados a la violencia sexual o ejecutados en el ámbito de la prostitución y la trata de mujeres así como aquellos relacionados con el infanticidio de niñas o efectuados por motivos de honor o de dote”.
“Como en la mayor parte de las violencias que se ejercen en contextos de prostitución , se trata de violencias machistas y como tal tienen que ser tratadas. En cuanto a los recursos, efectivamente, son pocos por no decir que casi nulos. En general los marcos no ofrecen protección para las mujeres en contexto de prostitución, teniendo en cuenta que ellas son en muchos casos extremadamente vulnerables. Todos los años hay feminicidios en contextos de prostitución que revelan situaciones de extrema violencia y maltrato y todo el mundo mira a otro lado”, destacan desde la red.
“Las propias condiciones, muchas migrantes o sin recursos, las ponen en peligro. Y por otro lado, ¿cómo denunciar? Se cuestiona aún a mujeres en el proceso de denuncia de violencia, ¿qué no se cuestionará a una mujer como la que acaban de asesinar? Es evidente que falta más formación, más empatía y más recursos para acompañar a estas mujeres en sus necesidades, también hace falta papeles y recursos para luchar contra la exclusión social y económica”, insisten desde la red.
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