Open Arms echa el ancla en Las Palmas: hasta Abascal “se tiraría al agua” si estuviera en una misión de rescate
El barco de Open Arms echa durante siete días el ancla en Las Palmas de Gran Canaria (dos meses en total en todo el Archipiélago) para recordar a la sociedad canaria, especialmente a los más jóvenes, que migrar es un derecho, una decisión que los seres humanos han tomado a lo largo de toda la Historia y un trauma para las personas que emprenden el incierto viaje. Imágenes de rescates, testimonios desgarradores o historias de vida en el mar y en la tierra zarpan justo en el momento de auge de los discursos de la extrema derecha española, especialmente dirigidos hacia este proyecto fundado en 2015 por Óscar Camps, después de que el líder del Vox desease el hundimiento de uno de los barcos de rescate.
Se trata de un acuerdo alcanzado por el Gobierno de Canarias y la ONG para llevar a cabo en las islas el proyecto Educación para la Libertad que tiene como objetivo la sesibilización y denuncia en el cual se explican no solo de los motivos de huida, sino también las responsabilidades de los países al otro lado del mar y su responsabilidad en estas migraciones.
De modo que jóvenes adolescentes aguardan su turno para ascender al barco por la pasarela que en pocos metros les lleva a una realidad drásticamente diferente a la de su día a día, pero tan solo a unos kilómetros de sus casas: el drama que viven las personas en las rutas migratorias.
Muy atentos, y algunos tomando notas, van viendo imágenes reales de rescates expuestas en la cubierta: personas asustadas, aliviadas por seguir con vida, un parto a bordo o los cadáveres de dos bebés. La vida y la muerte transcurren a bordo de barcos como este donde hoy puede leerse el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, que reconoce el derecho a la libre circulación, a salir de cualquier país y a no ser expulsado arbitrariamente. Y expuestos están también los artículos 18 y 19 que reconoce el derecho de asilo y prohíbe expulsiones colectivas o devoluciones a países inseguros. Los adolescentes están atentos a todo, les llama la atención el montaje en el que se ve a Santiago Abascal con chaleco salvavidas, en esa ironía constante de que los derechos humanos son incluso para aquellas personas que quieren cargárselos.
También leen con atención el motivo por el que hace diez años estas personas se lanzaron al mar a salvar vidas y 70.000 muertes evitadas después es fácil darse cuenta que Open Arms son personas que han hecho de sus valores un modo de vida y de la Convención Unclos, el Convenio europeo de Derechos Humanos, el Convenio Sar y del Convenio SOLAS de 1974, su hoja de ruta.
Una profesora de secundaria interviene frente a un mapa del norte de África y explica a sus alumnos la difícil situación que viven los pescadores en Senegal, que sin peces ya en sus redes se ven obligados a emigrar porque no tienen oficio ni sustento. Sus alumnos y alumnas le prestan toda la atención del mundo y observan con los ojos como platos sobre un terreno inestable, que no está tan lejos ese país vecino que se está quedando sin pescados.
Programa Origen
El momento más difícil y delicado de un proceso migratorio es el de precisar rescate en medio del periplo, pero en el transcurso hay muchos momentos decisivos. Uno de ellos es cómo se plantea el proyecto, que no es individual sino comunitario, de migrar desde las comunidades de origen.
Por ello, los objetivos principales del programa Origen de Open Arms son: aportar información veraz sobre la migración, impulsar la formación digital y favorecer la creación de redes de trabajo a nivel local y nacional transformando así el imaginario colectivo. “La mayoría de las personas que se embarcan en estos viajes lo hacen por presión social, familiar, comunitaria, por mejorar las condiciones de vida de su comunidad, de su familia y de su comunidad, no por ellos mismos”, explica a este periódico Carmen Torres, coordinadora de Open Arms en Senegal. “Nuestro objetivo al final es evitar muerte y sufrimiento. Incluso si alguien decide irse, se irá mejor si por lo menos está informado porque la desesperación hace que en muchos casos la gente se lance, se embarque en rutas y en caminos peligrosos sin tener en cuenta el contexto más allá de su barrio”, expone Torres.
Preguntada por esta redacción acerca de si las comunidades de origen senegalesas conocen en líneas generales a que se enfrentan los migrantes, Torres tiene claro que saben que conlleva un enorme riesgo, “pero por otro lado es que a veces a la población no le queda más remedio. No ven otras opciones”. Para Carmen, el abandono escolar temprano, muchas veces por encontrarse las escuelas lejos de las viviendas o que cada miembro de la familia deba contribuir en la economía del hogar, son factores que determinan la decisión de emprender el proceso migratorio. “Muchas veces las situaciones de partida son complicadas. ¿Por qué no terminan, por ejemplo, el colegio? Porque claro, no todo es fácil de resolver. En muchos casos por falta de recursos, iniciales de la propia familia, que no pueden asegurar que ese niño, niña o ese joven continúe la escolaridad”.
El barco no siempre estará atracado. Durante los dos meses que permanecerá en el Archipiélago, el Open Ams “pasará la mayoría del tiempo en el mar”. Aunque la misión no tiene el objetivo de rescatar, dado que Salvamento Marítimo ya realiza ese trabajo, expresó el presidente de la ONG Óscar Camps el pasado mes en una entrevista para eldiario.es que la tripulación prefiere estar navegando -dentro de las limitaciones impuestas por la Marina Mercante- para estar preparada por si fuese necesaria “su ayuda” ante posibles alertas de embarcaciones en riesgo en el mar.
“Se tira al agua a sacar a la gente”
Es el firme convencimiento de Ángeles Schjaer, coordinadora pedagógica en Open Arms. Atiende a la prensa en la enfermería del barco, que es difícil de llevar estando el barco en puerto, habría que imaginarla atendiendo una urgencia con el mar embravecido. Escenario de curas, pero también de historias terribles como descubrir que un niña de 12 años estaba embarazada de su segundo hijo cuando fue rescatada y le realizaron la ecografía.
A pesar de todo, Schjaer tiene fe en la humanidad. Tiene fe en las nuevas generaciones que visitan estos días el barco y ve en ellos un entusiasmo por querer contribuir a este mundo -que es también suyo- esperanzador.
“Tenemos que empezar a educar también a nuestros políticos para que la manera de hablar no sea una manera que agreda más todavía a esas personas que se han jugado la vida huyendo de sus países”, explica.
Preguntada por las declaraciones del líder del partido de extrema derecha en España, Santiago Abascal, que deseó hace unas semanas que un barco destinado a salvar vidas se hundiera, Ángeles lo tiene claro. “Yo creo que si Abascal estuviera en una misión de rescate, ayudaría. Porque al final te nace. Al ser humano, de dentro, le nace ser solidario cuando ve una situación terrible. Tú ves que una señora ha tropezado por la calle, te nace ayudarla. O ves un accidente de tráfico, te nace ver qué ha pasado y cómo puedes colaborar. Entonces, que este señor salga a decir que va a dejar que se ahoguen, yo no me lo creo”, expone. “ Se tira al agua a sacar a la gente”.
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