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ENTREVISTA
Óscar Camps, presidente de Open Arms

Óscar Camps, tras el ataque de Vox contra Open Arms: “Quieren muertos a los migrantes y a quienes los rescatan”

Imagen de archivo de Óscar Camps, presidente de la ONG Open Arms.

Gabriela Sánchez

3 de septiembre de 2025 22:21 h

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El buque Open Arms acaba de zarpar del puerto de Santa Cruz de Tenerife cuando Óscar Camps responde la llamada de elDiario.es. El presidente de la ONG no viaja a bordo, pero sigue con detalle las novedades trasladadas por la tripulación. “Está saliendo ahora mismo”, confirma Camps en la mañana de este miércoles. “Ha costado. Queríamos hacerlo anoche, pero la Marina Mercante no nos ha dado luz verde hasta hoy. Somos un barco sensible y nos miran con lupa”, añade el líder de una organización colocada una vez más en el foco del discurso del odio de la extrema derecha en España.

Es ya costumbre que la extrema derecha, española y europea, acuse de “traficantes de personas” a las ONG con barcos de rescate de migrantes, pero la semana pasada Santiago Abascal dio un paso más. El líder de Vox pidió el hundimiento del antiguo remolcador que ha salvado más de 70.000 vidas en el mar. “Ese barco de negreros hay que confiscarlo y hundirlo. Para que sirva de advertencia de cuál va a ser el final que les espera a todos los multimillonarios y políticos que promuevan la invasión de Europa”, tuiteó Abascal. Lo hizo después de que el Open Arms atracase en Tenerife, donde firmó un convenio de colaboración con el Gobierno canario para “sensibilizar y visibilizar” la situación humanitaria de la ruta canaria.

Sin embargo, el barco no siempre estará atracado. Camps deja claro que, durante los dos meses que planean permanecer en el Archipiélago, el Open Ams “pasará la mayoría del tiempo en el mar”. Aunque la misión no tiene el objetivo de rescatar, dado que Salvamento Marítimo ya realiza ese trabajo, el presidente de la ONG defiende que la tripulación prefiere estar navegando -dentro de las limitaciones impuestas por la Marina Mercante- para estar preparada por si fuese necesaria “su ayuda” ante posibles alertas de embarcaciones en riesgo en el mar.

Esta es la razón por la que el buque ha zarpado este miércoles hacia el sur de El Hierro, donde permanecerá durante alrededor de ocho días. Su presencia en las islas coincidirá con el inicio de la época en la que suele haber un mayor flujo migratorio hacia Canarias, dado que las condiciones meteorológicas suelen ser más idóneas para realizar la travesía desde las costas africanas. No saben si serán necesarios pero, en caso de serlo, quieren estar preparados.

Este miércoles ha zarpado el Open Arms desde el puerto de Tenerife rumbo hacia las aguas del sur de El Hierro. ¿Cuál es el objetivo de esta misión?

Aprovechando que tenemos un convenio con el Gobierno canario para sensibilizar, hacer programas de puertas abiertas y actividades escolares, vamos a estar también estos días en el mar, en el Atlántico, para ampliar un poco la mirada que tenemos sobre los flujos migratorios. Estamos muy acostumbrados al Mediterráneo central y la ruta canaria también es muy importante. Es la más larga, la más mortífera. 

En esta ruta, Salvamento Marítimo hace su trabajo, por lo que no tenemos el objetivo de rescatar sino de sensibilizar y visibilizar lo que ocurre en esta ruta, para que nadie diga que no sabe lo que está pasando. Pero a nosotros no nos sirve estar en el puerto. Nosotros somos útiles en el mar. Mientras no estamos haciendo algo concreto en puerto, como alguna actividad de sensibilización, nuestro lugar será el mar para estar más cerca de cualquier necesidad que pueda haber. Por eso, en estos próximos meses en Canarias, pretendemos navegar el máximo tiempo posible entre las islas, para que, en caso de aviso, se nos puedan activar. Queremos estar a disposición. 

¿A dónde se dirige el Open Arms?

Se dirige hacia el sur de El Hierro. Volverá a Tenerife en unos ocho días para realizar una actividad y, después, zarpará hacia Gran Canaria.

Santiago Abascal ha colocado el Open Arms en el foco de su discurso de odio. Ha dicho que debe ser confiscado y hundido. ¿Cómo valora estas declaraciones?

Lo que ha dicho Abascal no es una opinión política, es un ataque a la democracia y a la solidaridad. Que el líder político de la tercera fuerza de España haga un llamamiento a hundir un barco que salva vidas da alas a que otros utilicen la violencia contra voluntarios, contra la tripulación, contra nuestras oficinas… Ya nos ha ocurrido en otras ocasiones y seguramente ahora también ocurrirá seguramente. Estamos pensando en denunciar por la vía penal estas declaraciones porque generan odio y violencia.

Como dice, los ataques de la extrema derecha contra Open Arms y otras ONG de salvamento de migrantes han sido constantes en los últimos años. ¿Podría poner algún ejemplo en el que ese señalamiento acabase en violencia? 

El barco ha sido atacado en alguna ocasión, tanto en Barcelona como en Lampedusa. En las oficinas también ha habido algún acto. Llevamos diez años haciendo este trabajo y, al principio, recibimos premios y medallas en diferentes países de la Unión Europea- Hemos pasado de ser reconocidos a ser víctimas de una campaña de criminalización exagerada. De recibir una mención del Parlamento Europeo a ser acusados de colaboradores de las mafias y del tráfico ilegal de personas, cuando la realidad es que todas nuestras intervenciones están coordinadas por la Guardia Costera italiana y hay unas normas. En estos diez años, primero nos han aplaudido, luego han intentado encerrarnos, ahora nos quieren hundidos. 

¿Cuál ha sido el peor momento? ¿Cuándo esa violencia ha llegado más lejos?

Cuando, hace unos años, un grupo conocido de extrema derecha fletó un barco y nos persiguió en el Mediterráneo durante muchos días. Intentaban hundir nuestras barcas, nos amenazaban por comunicaciones de radio. Estuvimos así durante un tiempo, hasta que ese grupo abandonó el barco en el puerto de Barcelona. Su tripulación era asiática, no tenían contratos y el capitán fue denunciado. Así actúa la extrema derecha.  

Se han cumplido diez años de la muerte de Aylan, el momento en que empezó la labor de Open Arms en Grecia. Cuando se publicó la foto del pequeño cuerpo, parecía que iba a suponer un cambio en las políticas migratorias europeas. No ha sido así. Desde su experiencia de salvar vidas en el mar, ¿hemos ido hacia atrás en esta década? 

Sí. La imagen de Aylan se convirtió en un símbolo por lo que fue. En un cuerpo tan pequeño se condensaron cifras y cifras de víctimas durante su travesía en el mar. La mayoría, anónimas. Pero la foto de Aylan, un niño, que parecía que dormía con su camiseta y sus zapatillas. Yo vi a mi hijo ahí. Esa apariencia de descanso fue lo que atravesó el corazón de todo el mundo.

Desde entonces, han muerto 3.500 niños en el Mediterráneo, un niño al día, según Unicef. La muerte de Aylan debería haber sido un “nunca más” pero sigue siendo un “cada día”. Europa sigue sin hacer nada y encima seguimos con la criminalización de la extrema derecha contra quienes tratan de salvar vidas. Estamos perdiendo la humanidad. Mientras vivimos el brutal genocidio en Gaza, el Mediterráneo se está convirtiendo en un genocidio estructural.  

El Open Arms ha recibido ataques especialmente duros de la extrema derecha, pero también gobiernos de otros colores - no solo de derechas- han intentado tomar medidas para frenar su labor, como el actual Gobierno de España cuando, apelando a razones administrativas, bloqueó el buque en puerto. ¿Cree que esta misión en Canarias puede ser incómoda también para el Ejecutivo central?

Nuestra presencia es incómoda en todas partes porque no deja indiferente a nadie. Nadie quiere tener problemas. Si estamos allí es porque están pasando cosas, en el mar y en tierra firme. La propia población tiene problemas de convivencia. Tenemos que poner el foco allí donde hay 3.000 menores atrapados en Canarias, de los que nadie quiere hacerse cargo. 

El Gobierno puede estar incómodo porque denunciamos lo que vemos. Ahora mismo no sabemos lo que vamos a decir o hacer, pero si aquello que vemos y denunciamos incomoda, será sano para la democracia.

¿Por qué han decidido ir ahora a Canarias?

Porque hasta ahora estábamos en el Mediterráneo Central. Pero, con Meloni, en el Mediterráneo corremos el riesgo de perder el barco y eso sería un éxito para la extrema derecha. Hemos dejado el Astral [el otro barco de la organización] en el Mediterráneo y el Open Arms estará una temporada en Canarias para documentar este otro flujo. 

Hace un tiempo lanzaron una campaña en la que decían: “A ti también te salvaría”, con imágenes de Abascal, Trump. Von Der Leyen, etc. ¿Salvaría a Abascal después de que haya pedido el hundimiento del Open Arms?

Claro, porque te obliga la Convención de Ginebra. Hasta las guerras tienen normas. Esas normas dicen que, si hundes un barco enemigo o un submarino, tienes que rescatar a los supervivientes y darles un trato digno. Salvaríamos a cualquiera. Un médico no deja de operar una apendicitis porque el paciente haya cometido un delito. Le salvaría. Es una obligación. 

En el Mediterráneo central siempre dicen que las ONG de rescate cubren los huecos del Estado. Sin embargo, en España no se han lanzado misiones de rescate de este tipo, dado que existe Salvamento Marítimo. ¿Por qué es diferente el papel que hace Salvamento Marítimo en España con respecto a la Guardia Costera en las aguas de los alrededores de Italia?

Salvamento Marítimo no se parece en nada a la Guardia Costera italiana. Salvamento es un organismo civil, y la guardia costera italiana son militares. La misión de Salvamento es salvar la vida en el mar. La de la Guardia Costera es vigilar. Busca disuadir pero, en caso de encontrar una barca en riesgo o recibir un aviso, también debe rescatar, porque así lo establece la normativa.

Salvamos Marítimo tiene la misión de rescatar a todo el mundo, y lo hace, con más o con menos fortuna, pero lo hace. No dejan las aguas internacionales descubiertas, como lo hace la Guardia Costera. Salvamento Marítimo hace poco remolcó una patera a 240 millas y eso es impensable en el Mediterráneo central. Por eso decimos que nosotros no intentamos sustituir a Salvamento ni hacer su trabajo. Pero si coincide y nos piden apoyo, vamos a colaborar.

Si el buque de Open Arms se hubiese hundido, como piden algunos, ¿habría personas que ahora mismo habrían muerto? ¿Recuerda alguna de ellas?

Sí. Una de ellas es Josefa, una mujer camerunesa a la que los guardacostas libios abandonaron en el mar. Rescataron a algunos de esa barca y dejaron a tres personas allí, incluida esta mujer. Les pincharon la patera. Vimos algo por casualidad, decidimos ir y encontramos con vida a Josefa. Si no llegamos a ir, habría muerto. Ahora Josefa vive en Suiza, es profesora en una escuela y tuvo una segunda oportunidad.

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