Las Palmas de Gran Canaria le hace un homenaje a Lázaro Cárdenas

Unos jardines de Las Palmas de Gran Canaria ubicados frente al Hospital Doctor Negrín llevan desde este miércoles el nombre del ex presidente mejicano Lázaro Cárdenas, un homenaje de la ciudad a la acogida del exilio republicano español que propició el mandatario durante su gobierno.

A este acto de agradecimiento a la contribución que Cárdenas y su esposa, Amalia Solórzano, hicieron por los españoles exiliados tras fracasar la II República y proclamarse la Guerra Civil Española, que organizó este miécoles la Fundación Juan Negrín, asistió el embajador de Méjico en España, Ernesto Zermeño, y el alcalde de la capital grancanaria, Jerónimo Saavedra.

Uno de los miembros de la Fundación Juan Negrín, el historiador Alfredo Herrera Piqué, explicó que gran parte de los republicanos españoles que se exiliaron en el extranjero fueron a Méjico, concretamente 40.000, como precisó Zermeño.

Allí fueron acogidos por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, quien, según destacó Herrera Piqué, “les dio un papel importante en la sociedad mejicana”.

A título “sentimental”, el historiador recordó que la esposa de Cárdenas fletó un barco que salió desde Francia llevando a 456 niños exiliados, muchos de ellos huérfanos y otros que partieron sin sus padres, y los llevó a Méjico, donde fueron acogidos en Morelia, una ciudad que hoy es Patrimonio de la Humanidad y que antes de la independencia mejicana se llamó Valladolid.

Herrera Piqué agregó que los niños de Morelia forman parte de un grupo social muy reconocido en Méjico y aludió a “la cantidad de cerebros españoles” que se fraguaron en el país latinoamericano en esa época, entre los que citó los de los canarios Agustín Millares Carló (polígrafo) y José Franchy y Roca (político y abogado).

“Se habla de un Méjico antes de la llegada del exilio español y de un Méjico después de la llegada del exilio, la aportación que hicieron los españoles a Méjico fue muy importante”, dijo, algo que corroboró el embajador Ernesto Zermeño, quien afirmó que “no hay, quizás, en ningún otro momento en la historia de Méjico y España una unión más estrecha, una cooperación más productiva y una solidaridad más plena que en aquellos años 1939-1940 en que Méjico abrió de par en par sus puertas a la entrada de los españoles exiliados”.

“Mi país mostró así el rostro más generoso y su talante más solidario. Desde entonces, los pueblos de Méjico y España han estado indisolublemente unidos y a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, a partir de 1977, una vez que España iniciara su proceso democrático, los gobiernos de nuestros países han transitado por un período fructífero de cooperación y entendimiento que se extiende a lo largo de estas tres décadas”, aseveró el embajador.

El presidente del Gobierno de la II República Juan Negrín (1937-1945), que nació en Las Palmas de Gran Canaria el 3 de febrero de 1892 y falleció en París el 12 de noviembre de 1956, no figuró entre los exiliados acogidos en Méjico durante el mandato de Cárdenas, con quien sí tuvo, no obstante, una buena relación personal y política, explicó el asesor histórico de la Fundación Juan Negrín, Sergio Millares.

“Durante la guerra, Negrín tiene la suficiente lucidez como para hacer gestiones ante el presidente Cárdenas mediante un enviado que manda a Méjico para ver la posibilidad de que, en el caso de que perdiera la República, Méjico acogiera a españoles republicanos exiliados”, refirió.

De esta forma, prosiguió, “cuando la República pierde la guerra, en el 39, se activa ese plan que había establecido Negrín y Méjico había aceptado previamente y salen miles y miles de refugiados españoles” hacia el país Latinoamericano

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