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La pandemia agrava la pobreza en Canarias y dispara las peticiones de ayuda a Cáritas en un 83%

Una mujer con bolsas de la compra durante el estado de alarma.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La pandemia ha agravado la situación de pobreza en Canarias (que ya afectaba de manera severa a un 29% de la población en 2019, según el último informe Foessa) y ha disparado las peticiones de ayuda a Cáritas en un 85% en la provincia de Las Palmas y en un 20% en la de Santa Cruz de Tenerife. Así se ha constatado en la memoria institucional de la ONG presentada este martes en la sede de Las Palmas de Gran Canaria por el Obispo de la Diócesis de Canarias, Monseñor José Mazuelos, el director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero y la secretaria general de la organización, Caya Suárez.

En el informe actual se recoge que desde la declaración del estado de alarma y el confinamiento se ha visto incrementado el número de solicitudes de ayuda. En total, durante 2020, Cáritas dio respuesta a un total de 14.623 hogares; más de 45.000 personas que participaron en diferentes procesos de desarrollo personal o comunitario. El dato más llamativo es que cuatro de cada diez personas acudieron a Cáritas por primera vez.

El número de atenciones realizadas a lo largo de 2020 supuso un incremento del 82,9% de los hogares atendidos con respecto a 2019 (año en el que fueron atendidos 7.995 hogares). “Se trata del mayor número de atenciones en el último quinquenio”, recoge el documento.

Más familias monomarentales atendidas

Una de cada cinco familias atendidas por esta institución el pasado año es monomarental o monoparental, es decir, encabezadas por una única persona a cargo de los hijos, especialmente mujeres. De hecho, el confinamiento significó que hubiera un aumento de las dificultades para conciliar y las que perdieron su fuente de ingresos “han tenido dificultades para cubrir las necesidades más básicas, tales como alimentos, vivienda, material escolar”, entre otros.

Las madres especificaron que padecían ansiedad por la incertidumbre debido a la situación del empleo, por el cuidado de los menores o el futuro de la familia. Cabe recordar que la pandemia evidenció la sobrecarga que las mujeres padecen precisamente por los cuidados tanto de menores como de otros familiares.

El perfil de las personas atendidas por esta ONG se corresponde en un 63% a mujeres, en un 72% a personas sin empleo y un 24% tiene hijos a cargo. Así mismo, otro dato reseñable es que un 60% son nacionalidad española y un 45% de estas personas solo contaban con estudios de Primaria. En cuanto a la medida de edad se sitúa entre los 40 a 49 años.

No obstante, otras características que se destacan en el informe son que el 43% de los demandantes de atención de la ONG no percibe ingreso alguno, pero sí que se refleja que hay un 10,1% que sí que tiene trabajo; se trata de “trabajadores pobres”. Y es que, “un año más, se constata que el trabajo ya no es una garantía para cubrir las necesidades más fundamentales como la vivienda, los servicios básicos o la alimentación”. Además, el 26% de las personas atendidas vive sola, “con las graves consecuencias que supone no contar con una red de apoyo en situaciones de exclusión social”, subraya Cáritas.

Sobre el nivel de estudios, el informe remarca que este factor “resulta cada vez más importante para luchar contra la pobreza, lograr el desarrollo social y mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras y agrega que ”la falta de cualificación y el bajo nivel formativo reducen las posibilidades de acceder al mercado de trabajo en condiciones dignas“.

La vivienda es otro de los factores que preocupan en Canarias. El 78% de los hogares atendidos no poseen vivienda propia y, en muchos casos, “ni siquiera cuentan con una vivienda digna en condiciones mínimas de habitabilidad”. En estos casos, las personas tienen que convivir con otros, realquilar habitaciones o incluso plantearse situaciones extremas de ocupación de viviendas que no les son propias. 

Otros perfiles atendidos este 2020

En la memoria de 44 páginas también se reflejan otros perfiles que han recibido la atención de la ONG, como personas migrantes, personas sin hogar o mujeres en contexto de prostitución. También personas mayores que se encuentran viviendo solas y en situación de vulnerabilidad, así como situaciones que se han agravado por la brecha digital existente en la sociedad canaria.

Sobre esto último, señala que “si tradicionalmente hemos entendido la brecha digital como una consecuencia de la situación de pobreza, la pandemia ha demostrado que la brecha digital es ahora también causa de esa exclusión” y añade que muchas familias no poseen acceso ilimitado a internet, no disponen de dispositivos electrónicos o no tienen capacidades o habilidades suficientes para manejarse en un entorno digital.

Esta brecha digital “ha tenido un impacto excepcional en esta crisis” y ha “supuesto un grave problema para las familias, que se han encontrado con muchas dificultades a la hora de realizar trámites de forma telemática con las administraciones públicas y otras instituciones (solicitud de ayudas, prestaciones, búsqueda de empleo)”. Sobre ello, la asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales afeó en un reciente informe que “la burocratización de los servicios sociales”, “en un momento tan crítico como el actual, agudiza la inoperancia del sistema por sobrecarga de gestión” y advirtió de que existe la amenaza de convertir los Servicios Sociales en “simples oficinas de procedimiento, acreditación y clasificación de la ciudadanía”. 

Personas migrantes

Cáritas es contundente al expresar en su informe que “la situación administrativa irregular sumerge a las personas migrantes en la invisibilidad”. De esta manera, se rompe así su proyecto vital ya que se ven abocadas a buscar trabajo en la economía sumergida y como ejemplo pone el de los cuidados domésticos o de personas mayores, que en muchos casos se paró durante el confinamiento, cortándose así el único ingreso con el que subsistían muchas familias.

Por ello, la ONG insiste en que la pandemia ha recrudecido la situación de estas personas. La situación de la vivienda es mucho peor en muchos de estos casos y se ven abocadas a vivir en situación de hacinamiento y en condiciones de “exclusión residencial”. En cuanto al perfil según países de origen, la memoria destaca que se trata en su mayoría de personas originarias de Venezuela, Colombia, Cuba y Marruecos. En total, 5.800 fueron atendidas de alguna manera por la ONG.

Mujeres en contexto de prostitución

Las mujeres en situación de prostitución o víctimas de trata con fines de explotación sexual han sido unas de las más castigadas en este duro 2020. La pérdida de ingresos les llevó a situaciones de precariedad extrema por lo que han tenido inmensas dificultades para acceder a servicios tan básicos como los alimentos, la vivienda o medicamentos. Muchas de estas mujeres contaron a Canarias Ahora, tanto durante el confinamiento, como meses después cómo la incertidumbre y el miedo a no poder enviar dinero a sus familias les estaba generando ansiedad.

El informe expresa también que durante el confinamiento, la demanda de ayuda a Centro Lugo aumentó en un 347%.

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