Estar en paro aumenta el riesgo de ataque cardíaco
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El desempleo, la pérdida de varios puestos de trabajo y los períodos cortos sin trabajo pueden estar asociados con un mayor riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM, ataque cardíaco), según un informe de investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (Estados Unidos), publicado en 'Archives of Internal Medicine'.
Los científicos, liderados por el profesor Matthwe E. Dupre, examinaron la relación entre las diferentes dimensiones de desempleo y los riesgos en el ataque cardíaco de 13.451 adultos estadounidenses de entre 51 y 75 años en el Estudio Nacional de Salud y Jubilación, con entrevistas bienales de seguimiento desde 1992 hasta 2010.
“Los resultados mostraron que distintas características del empleo pasado y el presente aumentaron los riesgos de un episodio cardiovascular. Aunque el riesgo de un ataque cardíaco fue más significativo en el primer año después de la pérdida del empleo, la situación de paro, el número acumulado de pérdidas de trabajo y el tiempo desempleado acumulado fueron independientemente asociados con un mayor riesgo de IAM ”, según los autores.
El 14 por ciento de las personas estaba en el paro al inicio del estudio, el 69,7 por ciento tenía uno o más puestos de trabajo acumulados y el 35,1 por ciento había pasado tiempo sin empleo. El grupo de estudio (con una edad media de 62 años) presentó 1.061 eventos de ataque cardíaco (el 7,9 por ciento).
El análisis estadístico indicó que el riesgo de IAM fue significativamente mayor entre los desempleados (con una ratio de riesgo de 1,35) y que los riesgos aumentaron gradualmente desde una pérdida de empleo (1,22) a cuatro o más pérdidas de empleos acumuladas (1,63) en comparación con ninguna. Los riesgos de IAM también fueron “especialmente elevados” en el primer año de desempleo (1,27), pero ya no después de esa mala experiencia.
“Descubrimos que el riesgo elevado asociado con la pérdida de múltiples empleos fue de la misma magnitud que otros factores de riesgo tradicionales, tales como, el tabaquismo, la diabetes mellitus y la hipertensión”, afirman los autores.