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Dos policías nacionales alertaron de pinchazos a la mafia serbia

La operación policial en Canarias en torno a la mafia serbia del clan Zemun tiene constatados dos intentos del abogado detenido la semana pasada, F.J.D.S., de conocer a través de sus contactos en la Policía Nacional en Gran Canaria si sus clientes estaban siendo investigados por la Justicia española.

Así queda reflejado en al menos dos intervenciones de las comunicaciones telefónicas del abogado enviado a la prisión del Salto del Negro por el juez de instrucción 3 de Las Palmas de Gran Canaria, Tomás Martín, una de ellas en diciembre de 2011, antes de la detención del capo del clan, Luka Bojovic, y dos de sus lugartenientes en un restaurante de Valencia, y otra un mes después de la caída de la cúpula mafiosa, en marzo pasado, cuando trascendió en las televisiones españolas el dragado del río Manzanares en un busca de los restos humanos de uno de los miembros del clan descuartizado y comido por sus compinches.

Fernando Javier D.S., representante legal de los intereses del clan serbio para, entre otros trámites, legalizar con documentos falsos la situación de los miembros del grupo en España, mantuvo el 29 de diciembre pasado una conversación con un policía de la comisaría de Distrito Sur de la capital grancanaria, identificado como Luis, que le tranquiliza sobre posibles pesquisas policiales.

La llamada la recibió el abogado, a su teléfono móvil, desde un número fijo identificado por los investigadores como de la comisaría en el Cono Sur de Las Palmas de Gran Canaria, y el agente le comenta a F.J.D.S. que “sobre nuestro amigo, nada, tranquilo”, mientras que sobre otro, “el tío de la citación”, el policía le dice al abogado que “es un tío crema” y que “sí, es positivo, que si lo puede localizar” debido a que figura “con varias cosas, averiguaciones de domicilio y de paradero” y de no aparecer lo pondrán en “busca” y captura, para lo cual el propio policía se ofrece a “tramitar ahí mismo” el asunto pendiente de ese cliente del abogado de los serbios.

El grupo operativo de la Udyco que llevó a cabo esta investigación concluye que ese funcionario de Policía accede a la base de datos e informa al abogado sobre posibles investigados, “muy posiblemente alguno de los balcánicos”, como medida de seguridad para conocer si es objeto de búsqueda policial. Esa llamada no fue la única de la que tiene conocimiento CANARIAS AHORA. En marzo se produjo otra, de un tal Fili al letrado detenido, en el que ya abiertamente se le advierte de que su teléfono móvil puede estar intervenido.

Esta segunda conversación se produjo el 22 de marzo. El tal Fili le pregunta a Fernando Javier “si vio la tele sobre lo de tus amigos” [en referencia al dragado del río Manzanares en busca de restos humanos], lo que deja en evidencia el conocimiento de ciertos policías de las relaciones del abogado con el clan Zemun ya desde las primeras detenciones. “Eso es de película ficción, pero es lo que vende”, llega a decir Fernando Javier sobre el canibalismo de los mafiosos serbios.

Es entonces cuando Fili informa claramente al abogado de que su móvil está pinchado. “Acuérdate de la pegatina que tenía Julián en el móvil y aplícate el cuento”, advierte el policía al letrado canario. “Ya lo sé seguro”, sentencia. A raíz de esta segunda conversación, el grupo detenido la semana pasada reforzó sus medidas de seguridad, con casi ausencia de contactos telefónicos entre los miembros de más relevancia del clan y el resto.

Según pudo comprobar la investigación del caso, el clan se dedicó desde entonces a mantener reuniones cara a cara entre los jefes y sus subordinados, y uno de los puntos de seguridad detectados en el Sur de Gran Canaria era una cafetería en la plaza de Tindaya, Backerei Zipf, en donde el seguimiento policial detectó encuentros entre dos de los principales miembros del clan, Vladimir Mijanovic y Nikola Bojovic, lugarteniente y hermano del capo, Luka Bojovic.

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