El juez pide más pruebas para aclarar si los restos son de Ruth y José
El juez del caso de Ruth y José ha solicitado dos nuevas pruebas de carácter morfológico para comprobar “si efectivamente son restos humanos” los que contenía la hoguera de la finca de Las Quemadillas y que un informe realizado por un antropólogo a petición de la familia materna certifica que así es, al igual que algunas pruebas periciales realizadas por la Policía Nacional.
Así lo ha manifestado en declaraciones a los periodistas el letrado de la defensa, José María Sánchez de Puerta, quien ha informado de que este lunes de nuevo se ha vuelto a decretar el secreto de sumario, y este martes su cliente, José Bretón, el padre de los niños, tendrá que acudir a la finca para un interrogatorio en relación con la hoguera.
En concreto, la familia materna solicitó un informe al antropólogo y subdirector del Instituto Vasco de Criminología, Francisco Etxeberría Gabilondo, sobre los restos óseos de la hoguera que hace meses fueron analizados por peritos de la investigación y determinaron que eran restos de animales; si bien el nuevo informe solicitado “a instancia de parte” concluye que “son restos humanos y de dos menores”, que “con una probabilidad altísima corresponden a los niños desaparecidos”, según apunta Sánchez de Puerta.
A ello se unen pruebas periciales de los agentes policiales que certifican el informe del antropólogo, de modo que los restos serían de humanos y corresponderían a los menores, tal y como han indicado a Europa Press fuentes cercanas a la investigación.
No obstante, según ha señalado Sánchez de Puerta tras visitar al juez José Luis Rodríguez Lainz, éste quiere ratificar el informe del antropólogo, pues, “hay dos informes anteriores de la Policía Científica, donde han trabajado sobre restos orgánicos de la hoguera durante dos meses, y llegan a la conclusión que son restos animales”.
Así, el letrado explica que “la Policía está sorprendida con el nuevo informe” que está en poder del juez desde hace 15 días. Y es que, según Sánchez de Puerta, “la Policía Científica se mantiene en que los restos no son humanos, por lo tanto no ratifica el informe emitido por el antropólogo a instancia de parte”.
Ante ello, el juez ha solicitado dos nuevas pruebas, para lo cual este martes José Bretón, procesado por la supuesta comisión de los delitos de detención ilegal, en la modalidad cualificada de menores y con la agravante de parentesco, y de simulación de delito, estará presente en un nuevo registro en el que el juez quiere “comprobar si una mesa de hierro ha sido sometida a la acción del fuego o si la tierra que estaba debajo de la hoguera ha sido incinerada y hay restos de gasoil”, para lo que se “excavará más para comprobar si existen restos”. Aún así, reitera que “no hay indicios de sustancias activadoras de calor en la hoguera”.
Dos delitos de asesinato
En función del resultado de las nuevas pruebas, “si el juez llega al convencimiento de que los restos son de los niños” el estado de Bretón como procesado “pasaría de detención ilegal a dos delitos de asesinato”, con lo que, tal y como aclara su abogado, “cambiaría todo el sistema de juicio al celebrarse por jurado”. Sin embargo, “hasta que el juez no tenga los informes, no dará veracidad” a la prueba del antropólogo.
Además, en caso de confirmarse que son restos de humanos que corresponderían con los niños, el abogado solicitará una nueva peritación, aunque advierte de que “el informe de ADN no existe y eso es la prueba contundente para demostrar” si son de Ruth y José.
Entretanto, no cree que “haya habido error de la Policía Judicial”, y “sí puede haber error en el informe del antropólogo”; al tiempo que defiende que su cliente “dice la verdad y no hay una prueba contundente de que ha intervenido” en la supuesta desaparición, por lo que sigue “creyendo en la inocencia” de su detenido.
De hecho, ha hablado con su cliente antes de acudir a los juzgados y Bretón le pregunta “qué barbaridad” es la que se está publicando, algo que “no se atiene a la realidad y no puede ser verdad”, motivo por el que se muestra “preocupado porque se encuentra ante un informe que le incrimina dos delitos de asesinato”, algo “muy grave” en este caso.
En cualquier caso, Sánchez de Puerta cree que esta nueva prueba “puede ser otro motivo de coacción y una estrategia” para que Bretón hable, después de que “ha pasado por verdaderas torturas”, como señala su abogado.
Tres pruebas distintas
Tal y como ha publicado la prensa provincial, el nuevo examen de los restos de la hoguera, tras tres pruebas distintas, ha confirmado la existencia de elementos humanos de dos niños de la edad de Ruth y José, todo ello a pesar de la dificultad que entrañaban estos análisis ya que la temperatura de la hoguera, dispuesta de tal forma que la convertían en un auténtico horno, habría podido alcanzar temperaturas en torno a los 800 grados que destruyeron la práctica totalidad del material orgánico.
Al respecto, el informe pericial apunta a que el progenitor habría construido un horno crematorio valiéndose de una chapa y de ladrillos para conseguir una temperatura de más de 800 grados centígrados con el fin de pulverizar los cuerpos de los dos pequeños y borrar huellas.
En concreto, el hallazgo de los restos humanos se confirmó hace 15 días, pero no fue hasta este domingo cuando a última hora de la tarde trascendió la información. Una dificultad añadida es que los restos encontrados no se pueden someter a las pruebas de ADN, pero sí se ha constatado que las muestras pertenecen a dos niños de seis y dos años, las edades que, precisamente, tenían Ruth y José.
La familia de la madre, “muy mal”
La madre de Ruth y José, Ruth Ortiz, conoce el resultado del informe desde hace una semana. “La familia está muy mal, aunque esto no nos pilla de sorpresa”, dijo este domingo a 'El Día de Córdoba', Juan David López, el primo de Ruth.
La casa de la familia de Bretón en la calle Don Carlos Romero, en La Viñuela, en la capital cordobesa, permanecía este domingo sumida en un silencio absoluto, mientras que en la fachada de la vivienda podía leerse una pintada en la que llamaban “asesino” al progenitor de los niños.