Radiografía del abandono escolar temprano en Canarias, una cifra que va en descenso desde la anterior crisis

Alumnos en una clase. EFE/Paco Santamaria/Archivo

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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En Canarias, el porcentaje de menores de 24 años que no completa sus estudios después de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es del 18,2% según el último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se corresponde con el año 2020. Pese a que es una tasa que se encuentra por encima de la media nacional, situada en un 16%, el dato positivo es que se ha venido reduciendo esta cifra en el Archipiélago desde 2011, cuando se situaba en un 30,9%. Se trata de un ranking en el que Canarias comparte puestos por la cola con otras comunidades como Andalucía (21,8%), Castilla La Mancha (18,7%) o Murcia (18,7%) y en el que se sitúa también Baleares (21,3%). La media europea, sin embargo, es de un 10,2% y el objetivo es que se estabilice en un 15%. En el reciente Mapa del Abandono Educativo Temprano en España, elaborado por la Fundación Europea Sociedad y Educación se ahonda en el contexto y en su relación con el desempleo. 

En Canarias, son más los chicos (21,8%) que dejan de estudiar cuando acaban la ESO que las chicas (14%). Así mismo, se reflejan diferencias por nacionalidad, pero muy variables según las comunidades autónomas. Mientras los extranjeros en Castilla y León presentan una tasa de abandono educativo temprano de 33,8 puntos porcentuales superior a los nacionales, en Canarias esa distancia se cifra en 12,1 puntos. Por edad, se constata que a los 18 años la tasa de abandono es del 10,99% en las Islas y se incrementa hasta un 28,82% en los 24 años. 

Este indicador, el abandono escolar temprano, en ocasiones se confunde con fracaso escolar, que se entiende como el porcentaje de estudiantes que no titulan en ESO y no certifica la enseñanza obligatoria. En ese apartado, Canarias, con más de un 20% (22,8% de los hombres y 17,2% de mujeres) del alumnado, no alcanza el certificado de educación obligatoria, pero hay un 77,8% que sí lo hace. Este dato además ha ido mejorando de manera considerable desde 2004 cuando se situaba en un 33%. Así lo pone de manifiesto el informe sobre la Realidad Educativa en Canarias, elaborado por el Consejo Escolar y presentado a finales de 2020. En él también se ponía de manifiesto que la tasa de repetición es también preocupante, ya que un 40% de estudiantes repiten al menos una vez durante la educación obligatoria. 

¿Por qué sigue abandonando la juventud los estudios al completar la formación básica? El sociólogo y director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa explica que el nivel de estudios de las familias es una de las claves y así lo ha podido constatar en estudios realizados en su etapa como investigador. Cita como ejemplo el hecho de que un niño o niña pueda tener mayor vocabulario por el hecho de tener libros en casa. Se trata de lo que denomina capital cultural y la escuela muchas veces lo que hace es “certificar el capital cultural que traen de casa”. Por ello, afirma que la escuela cuando funciona bien “es capaz de compensar esa diferencia que hay en las familias”. En este sentido, hace referencia a un estudio que se elaboró hace unos años en el que se reflejaba que “a igualdad de inteligencia, quienes tenían mayor capital cultural en el hogar obtenían mejores resultados. Por tanto, la escuela no solo está reconociendo la inteligencia o el esfuerzo, también está premiando a los que ya parten de mejores condiciones”, reflexiona. Y es que, “los factores sociales posiblemente a día de hoy siguen explicando mucho más que los factores estrictamente individuales y educativos”. 

El Mapa del abandono escolar también apunta que las características de la familia permiten apreciar patrones diferenciados de abandono y es concretamente el nivel de estudios de la madre el que más condiciona. “Para los jóvenes con madres que carecen de estudios postobligatorios, la tasa de abandono en el último periodo es del 26,3%, mientras que es de apenas el 4,0% cuando la madre tiene estudios superiores”, señala el documento. En Canarias, se cifra en un 21% la tasa de abandono cuando los progenitores no tienen estudios superiores, mientras que se reduce a un 8% cuando tienen estudios postobligatorios y a un 5% en el caso de que sean universitarios. 

Efectos del abandono escolar

El informe refleja que abandonar el sistema educativo tras la Secundaria conlleva a mayor paro y que estas personas “tardan más en salir de él”. Además, tienen peores empleos, sufren más la temporalidad y reciben salarios “algo menores''. ”En la segunda etapa de la juventud, entre los 25 y 35 años, la situación de los que abandonan sigue siendo peor que la de los que continuaron los estudios“, añade el informe. En períodos de bonanza, ”la situación de los que abandonan no es excesivamente mala, mientras que, durante las crisis, se deteriora mucho“, insiste. 

En Canarias y Baleares, fruto del peso del turismo en la economía regional, el sector servicios supone entre el 80 y 90% del empleo de aquellos que abandonan lq enseñanza después de la ESO. Por su parte, entre aquellos que abandonan sus estudios la importancia del sector servicios se reduce casi al 50% en Aragón, Navarra, Extremadura, Castilla y León, Murcia y Castilla-La Mancha, “regiones en las que la agricultura y la industria poseen un peso importante en el empleo para este colectivo”, apunta. Por su parte, Saturnino Martínez también remarca la existencia de la relación entre paro y no tener estudios y que es un patrón que insiste en que se repite tanto en Canarias, que depende de un sector que se nutre de mano de obra menos cualificada, pero también en el resto de España. 

¿La crisis de la COVID traerá más estudiantes?

El director de la Agencia Canaria de Calidad Educativa es una de las personas que insistía en 2008, período en el que comenzó la recesión económica, en que esta situación iba a suponer una reducción en el abandono escolar temprano y del fracaso escolar. Ahora, afirma que si se repite el comportamiento de entonces, las crisis llevan a que existan más personas estudiando. No obstante, “en esta, hay un factor que aún no me atrevo a calibrar bien y es que no tiene nada que ver con la de 2008 y es cómo ha afectado la desconexión escolar”, apunta. Martínez tiende a pensar que la tendencia será parecida, pero no con la misma fuerza. 

Una FP mejor planificada

Isabel Gómez, miembro de la plataforma por el 5% del PIB en Educación y del Consejo Escolar de Canarias lamenta que nunca se ha realizado un análisis exhaustivo para saber cuáles son las causas del abandono. No obstante, desde el colectivo al que pertenece mantienen la sospecha de que hubo una mala planificación en la Formación Profesional y la oferta no se ha estado ajustando a la demanda. El informe del Consejo Escolar de Canarias ya reflejaba que hay poca población con nivel formativo medio y, en cambio, los porcentajes de formación superior sí son casi equiparables a la media de la UE.

Saturnino Martínez remarca que el punto débil del sistema educativo español es la FP de grado medio, un nivel en el que hay menos titulados y que, sin embargo, son perfiles requeridos en el mercado laboral. “Hay que aprovechar esta situación que combina que va a haber paro con que llega dinero para formación para intentar compensar esas cualificaciones de nivel medio que hacen falta en nuestro mercado de trabajo”, sostiene refiriéndose a los Fondos Europeos. El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas ya han acordado que estas partidas irán destinadas a este fin. Así mismo, otro aspecto fundamental es facilitar los certificados de profesionalidad, algo en lo que también se está trabajando, es decir, que aquellas personas que llevan años trabajando en una profesión puedan acreditar su experiencia y se convalide con un título de FP. 

El sociólogo remarca la importancia de analizar los datos con perspectiva y apreciar que pese a que Canarias aún no ha llegado a la media que marca Europa en cuanto a abandono escolar temprano, las cifras han ido mejorando mucho en los últimos años. Se trata de un dato que asegura que se encontraba estancado en los años 90 y que, si se analiza con detenimiento, todas las comunidades autónomas han mejorado en el último siglo y medio sus datos educativos, “pero es como una carrera ciclista en la que Canarias no partía del mismo punto”.

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