Los servicios de emergencias en Canarias: así se preparan ante los desastres naturales que aumentarán por el cambio climático

Subida del nivel del mar, cambios de temperatura constantes, episodios de calima más frecuentes, incendios, lluvias torrenciales... Son algunos de los efectos que el cambio climático ya está dejando en Canarias. Unos episodios que irán en aumento. El proyecto PIMA Adapta Costas de Canarias ya reflejó algunos datos del panorama del futuro en las Islas como el impacto de la subida del nivel del mar y las tormentas. Los resultados revelan que la dependencia del turismo es culpable de que una región esté más o menos expuesta que otra. Aridane González, profesor de Ciencias del Mar de la ULPGC, explica que el Archipiélago es más vulnerable al cambio climático y apunta al impacto por la subida del nivel del mar, “que aunque sea gradual no lo vemos a simple vista”, sí que se perciben sus efectos cuando llegan fenómenos o tormentas marinas al ver que se inundan zonas.

¿Está el Archipiélago preparado para hacer frente a los desastres naturales que se avecinan? Es la pregunta que plantea este capítulo del programa Informe Trópico/ Invita La Casa en Televisión Canaria. Para analizarlo desde diversos puntos de vista se contó con la participación de Federico Grillo, Jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria y analista de incendios; Rosa López, responsable de Comunicación del 1-1-2 y de Cristina García, Coordinadora del grupo de Intervención psicológica en emergencia y catástrofes de Canarias (GIPEC).

Grillo se ha convertido en un referente en las Islas, especialmente tras su protagonismo en los últimos grandes incendios que afectaron a la isla de Gran Canaria en 2019. “El incendio está fuera de capacidad de extinción”, llegó a decir en una de las ruedas de prensa en la que explicaba la evolución del fuego a la ciudadanía.

En ese incendio (que quemó unas 10.000 hectáreas de terreno forestal y fue el más grave de ese año en toda España) trabajaron casi 1.000 efectivos y fueron evacuadas de sus viviendas unas 10.000 personas. Grillo explica que los profesionales que trabajan en esta situación tienen una enorme responsabilidad pero que no le gusta el adjetivo “superhéroe”, pues detrás de esas personas hay sufrimiento, hay familias y saben que no están exentos del riesgo.

Por ello, recuerda que en España hay enfermedades asociadas a la profesión de bombero que no se han medido, como sí se ha hecho en países como EEUU, donde se conoce la mayor exposición que tienen estas personas a determinados tipo de cáncer o el índice de suicidio que puede haber.

También habla de la mejora de la coordinación que podría existir si no se duplicaran tantos cuerpos. En este sentido, Manuel Ramos, delegado sindical de los bombeos forestales (de UGT) hizo hincapié en la importancia de que estos trabajadores cuenten con mejores condiciones laborales y que se le reconozca su categoría profesional. Su principal reivindicación es que esta actividad pase a ser un servicio publico 100% y se deje de subcontratar a profesionales.

Cómo comunicar una emergencia

Rosa Lopez es responsable de la comunicación del 1-1-2 en Canarias desde el año 1998. Ha vivido el Delta, la erupción en La Palma, numerosos incendios y lluvias torrenciales. Señala que hay que informar a la ciudadanía qué ha pasado, dónde y dar consejos de seguridad, dar información útil. Una de las cuestiones en la que insiste es en que hay que liderar la comunicación y aún más en estos tiempos de bulos. Por ello, recalca que hay que contrastar las fuentes e informarse por cuentas oficiales.

El 1-1-2 recibe una media de 5.800 llamadas al día, aunque muchas de ellas pueden estar relacionadas con un mismo suceso. Destaca López que la llamada más común tiene que ver con la Sanidad, aunque también hay un porcentaje relacionado con la seguridad ciudadana.

Cristina García, Coordinadora del grupo de Intervención psicológica en emergencia y catástrofes de Canarias (GIPEC), incide la importancia de incluir a los equipos de psicología de emergencias en los planes gubernamentales. 

Se trata de profesionales clave para que la ciudadanía tenga ese apoyo para gestionar las situaciones. Explica que en un incendio, por ejemplo, preocupa además de la seguridad, las pertenencias de esas personas, pero sobre todo sus animales, por ejemplo. En el día a día son activados para situaciones como pueden ser suicidios o accidentes, entre otros motivos.

Grillo concluye que hay que reflexionar el modelo de gestión de las emergencias ya que Canarias es un territorio fragmentado, de diferentes tamaños y se crean desigualdades en cuanto a las respuestas. Destaca que en 2019, en un incendio con 800 personas trabajando, con bomberos de colectivos diferentes de tres o cuatro administraciones, cada una con sus formas de trabajar y sus jergas, cuerpos policiales diferentes... “El reto es coordinar tantos cuerpos”. Así mismo, durante el programa incidió en la idea de que “la mejor forma de combatir un incendio es prevenirlo”.