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Una trabajadora ejerció dos meses como técnica de laboratorio en el Materno de Gran Canaria sin la titulación requerida

Hospital Materno Infantil

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

La gerencia del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil (CHUIMI) de Gran Canaria ha rescindido el contrato de una trabajadora que ejerció durante cerca de dos meses en Urgencias como técnica de laboratorio sin contar con la titulación requerida para el puesto. Fueron sus propios compañeros quienes alertaron de esta circunstancia a través de un escrito remitido a los sindicatos por una asociación que aglutina a profesionales del sector.

La dirección del centro ha reconocido un fallo administrativo a la hora de valorar la formación de esta trabajadora, aunque defiende que actuó de inmediato cuando tuvo conocimiento de los hechos y que en ningún momento se puso en riesgo la seguridad de los pacientes, ya que los procedimientos internos en el laboratorio están muy protocolizados, existen mecanismos de verificación y todos los resultados son validados por un facultativo.

El sindicato Asaca, en cambio, considera que los acontecimientos son “muy graves”, ya que la técnica contratada estuvo destinada dos meses en el laboratorio “analizando muestras de niños y mujeres embarazadas en situación de urgencia”, por lo que entiende que los perjuicios que ha podido ocasionar a terceros deberían acarrear la destitución del subdirector de Recursos Humanos del complejo, a quien atribuye la responsabilidad de lo sucedido.

La gerente del CHUIMI, María Alejandra Torres, ha explicado a este periódico que la trabajadora firmó un contrato de sustitución en periodo vacacional, a finales de agosto, y permaneció en el puesto hasta mediados de octubre, fecha en la que la dirección tuvo conocimiento de que su formación no se ajustaba a la requerida para el desempeño de esas funciones y decidió cesarla de inmediato. Según Torres, la sustituta presentó un título de técnica superior en Salud Ambiental, unos estudios que tienen “similitudes” con los exigidos, que permiten a quienes lo poseen operar en laboratorios de Salud Pública, pero que “no son exactamente los de técnico de laboratorio”. Al comprobar este extremo y que se había producido lo que califica de “error administrativo”, se le rescindió el contrato y se le excluyó de la lista oficial de empleo, ha dicho.

La gerente afirma que la trabajadora estuvo destinada en el laboratorio de análisis clínico y bioclínico y, más en concreto, en la sección de Urgencias del Materno Infantil, uno de los departamentos “mejor dotados”, con “mayor número de técnicos” y “con más experiencia”.

Torres sostiene que durante ese periodo no se produjo ningún incidente que pusiera en riesgo la salud de los pacientes. Ha comparado el funcionamiento de un laboratorio con el de un avión en cuanto a los procedimientos de seguridad por “la cantidad de elementos” que en su interior intervienen, los mecanismos implantados y protocolizados “para evitar cualquier problema” y un sistema de trabajo “en equipo” en el que los facultativos “están muy encima” de los resultados y ordenan “con cierta frecuencia” que se repitan los análisis si algún parámetro no les convence. “El riesgo de evento adverso es muy pequeño”, ha concluido.

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