La única guardería de La Aldea se queda sin ayudas

Cualquiera que haya estado en La Aldea sabe de la dificultad de su acceso. En coche se tarda una hora y media desde la capital, y el pueblo más próximo está a media hora. Por eso el Gobierno canario ha puesto en una difícil situación a las 30 familias que hasta ahora dejaban a sus hijos en la escuela infantil de titularidad privada Qué querés hacer, la única del municipio. Veinticuatro familias ya han dado de baja a sus hijos, y el centro podría cerrar a partir de septiembre.

La consejería de Bienestar Social se hacía cargo hasta el año pasado de un tercio del coste. Los otros dos tercios lo cubrían el Ayuntamiento y los padres. El Consistorio ha pagado de enero a junio la parte del Gobierno, pero ya no lo hará más. En septiembre comienza la zafra del tomate en La Aldea -la mayoría de afectados son agricultores-, y la viabilidad de la escuela está amenazada.

“Puedo dejar a los niños con la vecina como se hacía antes, pero yo no solo quiero que me los guarden, sino que les enseñen”, comenta Angelina Segura, una de las madres afectadas. Ella y otra madre que no quiere dar su nombre apuntan que hace años existían “tres o cuatro garajes” donde los padres dejaban a los niños durante el horario laboral, y advierte que eso puede volver a ocurrir si la escuela infantil se ve obligada a cerrar por falta de clientes. “Se supone que pagamos impuestos para ir hacia adelante, no para atrás”, se queja Angelina.

Marisa Talavera es una de las socias de la escuela infantil. Informática de profesión, trabaja en una tienda que está puerta con puerta con el centro educativo. “Si cerramos la escuela, lo único que pueden hacer los padres es que le guarden a los críos. No habrá instalaciones apropiadas, ni personal cualificado ni proyecto educativo”, comenta. Asegura a este respecto que el suyo es uno de las primeros centros infantiles homologado por la consejería de Educación.

Confusión

Bienestar Social informa que las subvenciones para escuelas infantiles privadas son competencia de Educación desde este año, y en Educación reconocen que no tienen conocimiento de esta competencia. Hasta que las administraciones se pongan de acuerdo, 24 familias no tienen ya dónde dejar a sus hijos mientras trabajan.

Marisa explica que en 2009 -y no en 2011, como asegura Bienestar Social- las ayudas pasaron a ser asunto de Educación, pero que era la primera la que seguía dando el dinero, de ahí la confusión. Y cuenta una anécdota. Cuando Educación asumió las escuelas infantiles, los inspectores que acudían a este centro quedaban maravillados por los materiales de Que querés hacer. No por buenos o malos, sino por absoluto desconocimiento. Por ejemplo, una lámina de plástico en las puertas para que los niños no se pillen los dedos. “Si estaban tan verdes en esto, no me quiero imaginar en todo lo demás”.

Camino Sagrera es la socia principal de la escuela. Junto a Marisa, ha realizado una inversión para poder homologar el centro, y de repente ha perdido a más de la mitad de los niños. Tenía previsto ampliar el número de plazas de 30 a 40, pero ahora no sabe qué hacer. “Hace años existía en La Aldea una guardería que se llamaba Los duendes. Entonces no había ayuda del Gobierno, cobraba al costo. Yo creo que cerró por eso.”

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