Los vecinos del barrio grancanario de La Calzada dan por extinguida la plaga de moscas

Plaga de moscas de este verano en La Calzada.

Alba Morales

Las Palmas de Gran Canaria —

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La plaga que cubrió a mediados de agosto el barrio campestre de La Calzada, dentro del término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, ha llegado a su fin. Así lo aseguran los vecinos de la zona, quienes señalan como posible motivo la fumigación por parte de la finca asentada en la avenida principal. 

Maribel, trabajadora en la panadería local, es una de estas vecinas. “A partir del martes o miércoles pasado ya había menos. Ahora hay alguna mosca aislada, pero como en todo pueblo”. El movimiento mediático es la justificación que encuentran para la desaparición de una plaga descubierta por los residentes a mediados de mes y que, según los vecinos, llevó a la empresa que maneja la finca a una posible fumigación. De acuerdo con esta vecina, los trabajadores “suelen hacer muchos trabajos de noche” así que “creemos que fumigaron” entonces.

“De buenas a primeras las moscas desaparecieron” tras haber colonizado durante, al menos, ocho días el barrio de La Calzada. Esta plaga no es la primera que sufren pero sí la más fuerte desde que hace unos años la empresa a la que dirigen sus quejas adquiriera la finca y abonara con estiércol sin tratar. Estiércol que ocasionó malestar en el día a día de los vecinos. Maribel, por ejemplo, resalta la vergüenza ajena que sufría cada vez que debía explicarle la situación a un cliente no asiduo, “y eso con el correspondiente peligro de que se nos fuera alguna mosca al pan. Que era haciendo las cosas súper rápido. Taparlas. Cuando hacíamos el pan de bombón meterlo pronto en las bolsas. Mirar pan por pan cuando se estaba precocinando para que no fuera ninguna”.

A este esfuerzo se suma el gasto en veneno y tiras adhesivas para atrapar a las moscas y que el establecimiento debía colocar cada jornada. Maribel recuerda un mediodía que, al cerrar la panadería, cambiaron las 10 cintas que tenían y al colocar la última, la primera “ya estaba llena”. En esta situación los vecinos también mostraron su preocupación por las posibles repercusiones sanitarias. “Las moscas son muy infecciosas. Pueden traerte, y más con lo que está pasando, muchísimas infecciones porque se posan en todos los lados. En la comida, en los vasos, en las tazas,…”

En respuesta a la plaga, y a pesar de que “el Ayuntamiento le tira la pelota al Cabildo y el Cabildo se la tira” a otras instituciones, palabras de la vecina, se dirigieron al área de Salud Pública del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Maribel asegura que no han recibido ninguna respuesta.

Desde el gabinete de prensa del Consistorio, aseguran que “el aire no se puede fumigar” y que “la única forma” de acabar con la plaga de moscas “es que los agricultores dejen de utilizar el estiércol o lo entierren lo antes posible”. Esta práctica agraria está permitida pero no regulada “por el Gobierno de Canarias, que es quien tiene que regularla”. Además, vuelven a insistir en que “el Ayuntamiento, dentro de las tareas que tiene, es actuar contra las plagas urbanas, pero es que esto no es una plaga urbana”. La institución señala que “desde el área de Salud Pública se han puesto en contacto tanto con el Cabildo como con el Gobierno de Canarias, que son las autoridades competentes para intentar abordar el problema”.

Fuentes oficiales de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias aseguran que “la plaga de moscas es competencia municipal”. Por su parte, el Cabildo de Gran Canaria aún no se ha pronunciado.

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