El Cabildo de Tenerife renunció en 2021 a un proyecto de prevención de incendios financiado por la UE

Enrique Arriaga, exvicepresidente y consejero de las Áreas de Carreteras, Movilidad, Innovación y Cultura del Cabildo de Tenerife

Canarias Ahora

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El Cabildo de Tenerife renunció “a consecuencia de la pandemia” a un proyecto de prevención y detección temprana de incendios de 6,9 millones de euros, financiado en un 85% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), e invirtió inmediatamente después en otro más de la mitad de barato que supuso a las arcas insulares un coste de 2,71 millones. La corporación, gobernada entonces por el pacto entre PSOE y Ciudadanos, alegó no haber tenido tiempo en 2020 para “realizar las licitaciones y contrataciones previstas” del primero de los programas por culpa de la crisis sanitaria y se vio obligada a devolver 4,1 millones de la ayuda, tal y como reconoció el exvicepresidente del Cabildo insular, Enrique Arriaga (C’s).

En un comunicado, Arriaga defendió que el proyecto que finalmente resultó ejecutado “mejoraba en algunos puntos” al inicialmente previsto, era “más moderno y fiable” y “costará a las arcas insulares 2.715.000 euros, casi un 75% menos que el anterior”, denominado PREDINFOR. Ambas inversiones estaban pensadas en la necesidad de disponer de herramientas avanzadas que permitan mejorar la prevención y extinción de incendios, en especial en un contexto de crisis climática que incrementa el riesgo de siniestros forestales. Sin embargo, la diferencia entre el importe de la primera con la segunda es de poco más de cuatro millones de euros.

La decisión del Cabildo de Tenerife de renunciar al primer plan, firmado en 2019 en forma de convenio con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad (MICIU), provocó las críticas de la oposición, que defendió en un pleno que “Tenerife, en estos dos últimos años, va perdiendo proyectos importantes y la va dejando peor de lo que se estaba (…) El proyecto PREDINFOR, que suponía una mejora en la gestión de la protección de los montes y, ahora, hay que devolver no solo el dinero, sino los intereses de demora”, dijo la portavoz del Partido Popular por aquel entonces, Zaida González.

El programa que terminó por financiar la corporación tinerfeña buscaba un “sistema más fiable, moderno, operativo y ampliable a nuevas tecnologías que evite su obsolescencia”. Arriaga comentó que “la hoja de ruta [del mismo] cuenta con diez grandes hitos, que van desde la mejora de las infraestructuras, pasando por la modificación del sistema de modificación o la colaboración con el Instituto de Astrofísica de Canarias para el uso de tecnología con nano y microsatélites que permitan seguir la evolución y desarrollo de un incendio”.

Las labores de extinción contra el siniestro forestal declarado este martes en Tenerife están resultando insuficientes. Los técnicos de emergencias consideran que se trata de un incendio de sexta generación, incapaz de ser frenado por los medios actuales. Queda la incógnita de saber si con el primero de los proyectos de prevención mencionados, que planificaba una red de sensores de la corona forestal, infraestructuras de comunicación de alta capacidad o mapas de combustible para conocer las zonas de mayor riesgo, habría sido posible una actuación más eficiente, sobre todo en las primeras fases de la quema.

La otra isla capitalina, Gran Canaria, cuenta con un método pionero en Europa, Alertagram, exportado a otros estados comunitarios y cuyas primeras tres fases supusieron un desembolso de 3,5 millones. El presidente insular, Antonio Morales, reivindicó la inversión “para avanzar en la mitigación del cambio climático y, en este caso, prevenir y combatir los incendios”. El Cabildo de Tenerife, por otro lado, ha sido ampliamente criticado este último año por invertir 55 millones de euros públicos en el Circuito del Motor, una obra “que nadie ha pedido”; mientras, el sistema de detección temprana de riesgos forestales apenas costó 2,71 millones. 

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