Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Diferencias irreconciliables
Dos discursos han marcado el comienzo de la Navidad, el del rey Felipe VI y el de Fernando Clavijo anunciando la ruptura del pacto. Clavijo y Patricia Hernández han comunicado el cese de su relación política por discrepancias irreconciliables, dice Clavijo, que ha “mantenido la paciencia y ha guardado el respetuoso silencio”, pero que no soporta más a los socialistas. El motivo de la ruptura no ha sido otro que el reparto de los fondos del Fdcan (Fondo de Desarrollo de Canarias) en pleno Consejo de Gobierno.
Por su parte, Patricia Hernández decidió desahogarse después de mucho aguantar, y lo hizo señalando que CC defiende “un modelo insularista” y que pretende “desvertebrar las políticas de empleo”, área de la que ella era responsable. A Hernández solo le faltó resucitar a ATI, sacar un crucifijo y decir que los de Coalición Canaria son la casta, como si le pillara por sorpresa que CC lleva 30 años gobernando para los de siempre.
Este es el momento en el que periodistas y contertulios empiezan a hacer números y coaliciones, todo esto analizando las venganzas internas para ver dónde se coloca cada uno. Por eso de los bandos, porque en España hemos convertido la política en un juego donde hay que posicionarse no solo del lado de un partido, sino dentro de escisiones del propio. No vale con ser de Podemos, sino que tienes que ser errejonista o pablista. En el PSOE, en Canarias, hay dos bandos: los de la Gestora y los del lado oscuro. Por eso, muchos se angustian al saber que ahora van a saltar los pactos en los diferentes ayuntamientos y cabildos, y ocurre que ahora aquellos que estaban colocados igual van a tener que marcharse. Una pena.
Plata o plomo
Se debaten en este momento varias posibilidades, como siempre ha ocurrido, y la que parece la alternativa más lógica es la de un pacto CC-PP. Asier Antona ya ha dicho que ellos de ansiosos, nada, que no son comida de segundo plato. Veremos si cumple con sus palabras. Otra posibilidad un más descabellada es darle de su propia medicina al partido nacionalista y que las diferentes fuerzas políticas se pongan de acuerdo para ofrecer plomo a Clavijo, políticamente hablando, claro. La alternativa se daría con un pacto PP- PSOE-NC, que, si la ruptura del pacto con CC es por diferencias irreconciliables, con esta alternativa no nos dura el pacto ni una noche.
No debemos olvidar que nos encontramos ante un PP renovado y con ferviente pasión por el empresariado y por la famosa Ley del Suelo, algo que ya ha causado más de un dolor de cabeza a los socialistas. Leía en Twitter que la alternativa PP-PSOE era buena porque mandaría a CC a la oposición después de 30 años gobernando. Parece que en la red el sentido común se perdió por el camino porque nadie cuestiona la posible inestabilidad del futurible pacto.
El PSOE en Canarias ya quedó desacreditado una vez, cuando Patricia Hernández fue nombrada vicepresidenta después de pasarse toda la legislatura de Paulino Rivero despotricando. Veremos si se desacredita por segunda vez pactando con el diablo. Tanto la alternativa de izquierdas como la de reconducir el pacto CC-PSOE, no la vamos a contemplar porque para ambos casos se necesitaría que el PSOE estuviese unido y que no estuviese plegado a intereses varios.
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