Espacio de opinión de Tenerife Ahora
El nuevo año y la creación de empleo
Con el nuevo año por delante, recién estrenado este 2016, nuestro principal propósito seguirá siendo la creación de empleo, a base de reducir la bolsa de paro en nuestra ciudad, que en los últimos doce meses descendió por debajo de las 25.000 personas por vez primera en cinco años y medio. Para ello, además de continuar creando condiciones para la dinamización económica, dispondremos de unos Presupuestos en los que crece de manera significativo el capítulo reservado a la inversión, con más de 30 millones de euros.
Con ese montante, el Ayuntamiento recupera capacidad para promover la realización de obras en Santa Cruz, que es como decir –también– para la creación de empleo. Asumimos el reto de activar la obra pública, en el conjunto del municipio, además de sentar las bases para un Plan de Barrios de carácter quinquenal, con el horizonte puesto en el año 2020 y un volumen presupuestario en torno a los 60 millones, desgranado en muchas pequeñas acciones. El reto exige un diagnóstico serio y riguroso –igual que hemos hecho con el Plan de Accesibilidad–, con un trabajo de participación con los vecinos, que afrontaremos en los próximos meses.
Este desarrollo inversor resulta compatible con un nuevo incremento en acciones dirigidas a los sectores más desfavorecidos, a las personas más necesitadas. De ahí que aumente un 8,7 por ciento el presupuesto del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), donde 8,5 de cada 10 euros se dedican a ayudas sociales, atención domiciliaria y personas sin hogar. Dentro del primer apartado, el 84 por ciento tiene como destino las prestaciones económicas de asistencia social –las llamadas PEAS–, en materias como alimentación, agua, luz o alquiler, con un aumento de la cuantía por encima de los 5 millones de euros (un 8,9 por ciento más que en el año precedente).
Lejos de tratarse de algo puntual, esta apuesta decidida por la protección social ha sido una constante en los últimos cinco años, desde que asumimos la tarea de gobernar el Ayuntamiento, con un crecimiento acumulado del 23 por ciento.
No obstante, nuestra visión de las políticas sociales trasciende del ámbito asistencial y abarca otros capítulos. Por ejemplo, la vivienda, capítulo al que dedicamos 9,2 millones, con acciones en materia de rehabilitación y reposición, dirigidas a familias que esperan desde hace años el arreglo o la sustitución de su hogar, como sucederá en la barriada de La Candelaria. O las escuelas infantiles, que verán incrementadas sus plazas, pudiendo ser más si el Gobierno regional se decidiera atender lo que llevamos pidiéndole cinco años. O las actividades extraescolares de carácter gratuito, que recuperamos en 40 colegios públicos de Santa Cruz, tras su eliminación en 2008. O el rescate de las ayudas para la práctica deportiva en categorías de base o de formación.
Nos referimos, en todos los casos, a políticas con un amplio contenido social. Igual que sucede con la ayuda al transporte público y la aportación para el funcionamiento del servicio de guaguas por parte de TITSA. ¿Cuántos ayuntamientos de España dedican más de 13 millones de su presupuesto a esta actividad, bonificando aproximadamente el 75 por ciento del precio real del billete?
En paralelo, hay que significar que el gasto financiero disminuye un 2,6 por ciento, por lo que pagamos menos a los bancos, pese al incremento en inversiones y gasto social al que me refiero. Lo mismo que bajamos –o congelamos– los impuestos.
Cabría preguntarse entonces por la fórmula que nos permite crecer sin incrementar la deuda ni la presión fiscal sobre vecinos o empresas. Una receta que nos lleva a 2011, cuando hicimos frente a la delicada situación en la que se hallaba el Consistorio, a base de sanear, alcanzar acuerdos para pagar, ordenar, controlar el gasto y reducir la deuda.
Por eso hoy estamos en condiciones de invertir con más rigor y eficacia.