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La mortandad por colisión con buques pone en riesgo a los cachalotes en Canarias

Fotografía de un cachalote facilitada por la Universidad de La Laguna / Pablo Aspas

EFE

Santa Cruz de Tenerife —

Investigadoras de la Universidad de La Laguna advierten en un estudio de que Canarias es uno de los lugares del mundo con más registros de varamientos de cetáceos tras colisionar con buques y señalan que la mortandad de cachalotes puede superar su capacidad de crecimiento natural.

Según indica la Universidad de La Laguna, las investigadoras Andrea Fais y Natacha Aguilar de Soto, con la colaboración de estudiantes e investigadores tanto del centro tinerfeño como otros internacionales, realizaron un muestreo acústico de cachalotes en las aguas profundas de Canarias del que se deduce que hay 224 animales de esta especie.

Al comparar estos datos con los de varamientos involucrados en colisiones con buques, este trabajo publicado en la revista especializada Plos One sugiere que la mortandad de estos animales por esta causa podría superar la capacidad de crecimiento natural de la especie en el archipiélago, lo cual podría suponer un declive de su población en la zona.

Añade que según los datos de la Red de Cetáceos Varados de Canarias el 89 por ciento de los cachalotes varados en Canarias en la última década presentan signos de colisión, lo cual convierte al archipiélago es uno de los lugares del mundo con más registros de varamientos de estos animales involucrados en colisiones con buques.

“El problema es que se ha estimado que una población de cachalotes tiene una productividad natural de alrededor de solo un 1.1 por ciento del número de animales. En el caso de Canarias esto se traduce a una tasa de incremento natural de 2.4 cachalotes al año, que se aproxima peligrosamente al número de cachalotes que llega a tierra cada año con signos de colisión”, indica Fais.

Cuando en un hábitat atractivo para una especie mueren más animales de los que se producen, esto recibe el nombre de “hábitat de sumidero atractivo”, agrega.

Natacha Aguilar de Soto precisa que los cetáceos que llegan a tierra cuando existe un impacto en alta mar “son solo la punta del iceberg” porque las carcasas pueden ser arrastradas por la corriente.

“Es decir, la mortandad por colisión podría ser mayor de la que vemos y superar la capacidad del cachalote en Canarias de compensar este impacto. En este caso podríamos ver un declive poblacional”, explica.

Indica que habitualmente las colisiones en la mar pasan desapercibidas y los animales afectados son arrastrados por la corriente y consumidos aguas adentro por tiburones y fauna carroñera.

En ocasiones, sin embargo, la costa recoge los restos de ballenas con barbas, cachalotes e incluso delfínidos que muestran claros signos de colisiones con buques.

Identificar qué medidas son aplicables en Canarias es el objetivo del grupo de trabajo para la prevención de colisiones que lidera el Grupo GIC y la ULL, y en el que participan los Gobiernos central y canario, las principales compañías marítimas en las islas (Fred Olsen, Armas y Trasmediterránea) y l Autoridad Portuaria de Tenerife.

Este grupo ha conseguido que este asunto se haya incluido en la formación de los capitanes de barco que cursan la Ingeniería Superior de Náuticas de la ULL.

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