Las UCI de Tenerife entran en nivel de riesgo alto mientras el Gobierno se queda sin la herramienta “más potente” para controlar la explosión de contagios

El auto del TSJC llega el mismo día en que se ha pulverizado el récord de contagios diarios en las islas, con 634 en las últimas 24 horas

Dácil Jiménez

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Las UCI de Tenerife han entrado finalmente en nivel de riesgo alto. Tras varias semanas sumando contagios muy por encima de las cifras normales, la isla ha visto este miércoles cómo uno de los últimos indicadores epidemiológicos que le quedaban en color naranja (nivel de riesgo medio) se ha teñido también de rojo al superar el 15% de las camas disponibles con pacientes con COVID-19. De 40 personas que están en UCI en las islas con coronavirus, 35 lo están en Tenerife; y de las 260 ingresadas en planta en el archipiélago, 197 están en Tenerife.

Este indicador, junto a la ocupación en planta hospitalaria, forma el llamado bloque II de los indicadores, y mide la capacidad asistencial de la isla frente a la pandemia. Que uno de ellos llegue al riesgo alto acerca aún más la posibilidad de que se alcance el nivel 4 de alerta sanitaria.

El Gobierno de Canarias lo decidirá en la reunión del Consejo de Gobierno que celebra semanalmente y en la que analiza el Informe diario de Situación de la COVID en Canarias. Dicho documento, que puede consultarse en internet y se actualiza cada día, muestra los datos del conjunto del archipiélago (y los específicos de cada isla, también por municipios) separados en dos bloques: el I, que refleja el nivel de transmisión de la enfermedad, y el II, que mide el nivel de utilización de los servicios sanitarios. En ese bloque I se muestran la incidencia acumulada (IA) a siete y 14 días, la IA a siete y 14 días en mayores de 65 años, la trazabilidad y la positividad.

Así, para estar en nivel 1 de alerta, una isla debe tener al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II en en nivel bajo. Para el nivel 2, al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II en nivel medio; para el nivel 3, al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II en nivel alto; y por último, para el nivel 4, el más restrictivo, al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II en nivel muy alto. 

Este miércoles, con el Informe que muestra los datos consolidados del martes, Tenerife tiene dos indicadores del bloque I en riesgo muy alto, otros dos en nivel alto, y uno en nivel medio; y del bloque II, uno en nivel medio y otro en nivel alto (la ocupación de camas UCI). Esa es la novedad, pues hasta hoy ambos estaban en nivel medio. Así, la ocupación de camas en planta con pacientes con COVID-19 es del 5,62%, y de las camas UCI, del 16,57% (el nivel de riesgo alto se aplica por encima del 15%).

Sin embargo, este cambio en el color del riesgo no es suficiente para que la isla suba al nivel 4, ya que, como se ha visto, habría que tener un indicador en nivel muy alto, cosa que a este ritmo aún se tardará varios días en alcanzar. Es decir, la ocupación de las camas UCI debería estar por encima del 25%.

Nivel 4 en Tenerife

Con esto sobre la mesa, la decisión del Gobierno sobre si subir a Tenerife a nivel 4 está clara: no, no dan los datos. Sin embargo, el Gobierno podría “anticiparse”, como ya ha hecho en anteriores ocasiones (contadas, eso sí), y elevar el nivel antes de llegar al riesgo muy alto cuando ya es inevitable. La tendencia es clara: el empeoramiento de los indicadores está siendo imparable y rápido, sin treguas, simplemente se baten un día los peores datos alcanzados el día anterior. Y no solo en Tenerife, sino también en La Palma y Fuerteventura (con cifras de incidencia inéditas y muy superiores a anteriores olas) y en el resto de islas, que no han llegado a sus peores datos pero que también suben rápidamente, como Gran Canaria.

Pese a ello, este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha dado un nuevo “varapalo” al Ejecutivo regional (en palabras del consejero de Sanidad, Blas Trujillo) al no avalar la aplicación de un toque de queda nocturno en las islas en nivel 3 o 4 de alerta. Se pierde así “la herramienta más potente” para controlar los contagios, declaró Trujillo en el Parlamento poco después de conocer la noticia. Tampoco avaló el TSJC el cierre de interiores en hostelería para las islas en nivel 3 o 4 hace apenas cuatro semanas, y no respaldó medidas adicionales en las islas cuando decayó el estado de alarma en mayo (cierre perimetral y toque de queda). En opinión de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC, los datos de la pandemia “no son suficientes” para avalar esa limitación de la movilidad. El auto se ha publicado el mismo día en que se ha pulverizado el dato de contagios diarios en las islas, 638, una cifra nunca vista y que deja muy atrás el dato más alto hasta ahora (540). La medidas actuales no están frenando, ni siquiera un poco, el ritmo de contagios.

Cómo frenar los contagios

En anteriores olas, al Gobierno canario le bastaba con subir a una isla de nivel de alerta y, con sus restricciones correspondientes, al poco tiempo comenzaban a notarse los efectos sobre los contagios y todos los indicadores. Fue el caso de Tenerife en plenas Navidades, que incluso protagonizó el descenso de su curva de contagios más acusado de todo el país; o el caso de Lanzarote, cuando sufrió una explosión de contagios en diciembre y se convirtió en la primera isla (y única por ahora) en probar el nivel 4 de alerta.

El panorama es ahora muy distinto: sin estado de alarma no hay toque de queda, no hay cierre perimetral y ni siquiera se puede cerrar el interior de la hostelería. Además, se permite no llevar mascarillas en exteriores. Así las cosas, al Gobierno le van quedando menos armas con las que luchar contra el avance del virus, que además ha encontrado en la variante delta (india) una manera aún más rápida de expandirse por las islas.

Un presidente Torres desolado compareció ante los medios tras conocer la resolución del TSJC sobre el toque de queda y anunció que el Gobierno valorará este jueves la posibilidad de recurrir: “Lo que nos queda es apelar a la responsabilidad ciudadana... Máxima vigilancia ante el incumplimiento de las medidas, máxima vacunación y máximos cribados”. Mientras, los contagios siguen subiendo y las islas se adentran en la quinta ola de la pandemia con menos herramientas que nunca para combatirla.

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