Saltamos a la UD Las Palmas, donde el desbarajuste no sólo reina en el plano económico o en el apartado futbolístico. La apertura del mercado invernal de fichajes va a acabar con el corazón de más de un periodista. En el club amarillo nadie es capaz de ponerse de acuerdo en cuestión de refuerzos. Desde la secretaría técnica -donde se supone que se corta todo el bacalao en este asunto- se apunta que llegará un número concreto de futbolistas. Minutos después, desde el consejo de administración salta el soplo de que el número de fichajes que da la dirección deportiva casi se multiplica por dos. Ante la duda, el periodista vuelve a recurrir a la secretaria técnica, que insiste en que sus datos van a misa. Tras horas y horas de búsqueda por internet para recopliar datos de los futbolistas que se supone que están en la agenda de la UD, el periodista se rinde porque, tras analizar las plantillas de los clubes de media Argentina, parte de Paraguay y una cuarta parte de Brasil, el nombre que han dado no aparece. Cae entonces el informador en la resignación (ya aparecerá toda la información en el periódico con hilo directo con Juan Vergara -representante metido a empleado de la UD-). Y para rematar la faena, a última hora, y gracias a un amable compañero, nos enteramos de que en menos de 24 horas aterrizarán en Gran Canaria dos jugadores que se someterán a un periodo de prueba. Lo fácil: mandar un fax informando de que dos futbolistas, en los vuelos tal y tal, llegarán a la isla el día 'x', y añadir que el club ha alcanzado un principio de acuerdo con fulano y mengano... De nada.