Pero si ya hay diferencias entre lo rancio y lo moderno en algunos ámbitos de la información, nada les contamos de los enfoques que ponen de manifiesto los clubes canarios en litigio. Aparte de la fraternidad y esas cosas que algunos se creen, llama poderosamente la atención cómo ante posiciones deportivas tan ventajosas para la UD, es este club el que sólo piensa en la permanencia, y con suerte. Amaral y el nuevo presidente del CD Tenerife, por contra, tienen en el objetivo de su ametralladora ascender a Primera División. No sabemos si es por natural optimismo o porque los políticos andan más alejados del club que en Gran Canaria, donde levantas una laja y aparece Angulo. O algún enviado especial, que no se sabe qué es peor.