Sobran los grancanarios, o mejor dicho, los de G. Canaria. Así lo expresaba este domingo, dando una nueva vuelta de tuerca a este desquicie insular, el editorialista del diario El Día, que ya no es Ricardo Acirón, como el mismo autor también se encarga de recordar en el mismo artículo llamándolo godo directamente. El editorial terminaba de modo grandioso, como era de esperar tras el enunciado y su desarrollo: “¿La unidad de Canarias? Imposible, mientras estén ahí G. Canaria, Las Palmas, sus políticos -recuérdenlos- muchísimos secuaces de tercera”. Es una pena que cueste un euro, porque si no, les recomendaríamos que se den una vuelta por la edición de Internet de este diario, que llega a hablar en este editorial de viejos agravios: “Pasan los meses, pasan los años, y seguimos sin recuperar lo que es nuestro; los consulados [¿los consulados?] la Delegación de Defensa [¿qué delegación de defensa?] las jefaturas regionales [¿la del Movimiento, quizá?], las oficinas principales de numerosas compañías [pero si ya tienen hasta Mapfre], etc., etc. El Gobierno no será creíble hasta que nos devuelva nuestra identidad, nuestros logros”. Agüita.