En lo que llega la verdadera operación, que no es otra que otorgar la concesión del desguace de buques a una compañía vasca participada por el grupo de Germán Suárez, José Manuel Arnáiz, que no se toma vacaciones para no dejar ninguna carpeta abierta, ha convocado un concurso para el hundimiento o “medidas alternativas” de dos barcos, el Noé y el Cohibas, con plazo de finales de este mismo mes. Parece que Suárez, a través de Astican, y Repnaval también están interesadas en el asunto. También vence a finales de agosto otro concurso para una concesión de planta de transformación, instalación dedicada al reciclaje de los oleaginosos existentes en los buques abandonados. Una actividad que viene a estar muy relacionada y forma parte del desguace, de acuerdo con la ley y la lógica ambiental, pero ellos sabrán por qué lo hacen así.