Graciliano Afonso es un tipo normal, de los que ignoran las alambicadas cosas del protocolo, aunque conocía a la perfección el incidente que se había generado desde el Cabildo con los alumnos de Derecho. Quiso quitarle hierro al asunto y comenzó sus palabras diciendo que “mis asesores de imagen y protocolo...”, lo que provocó de inmediato la reacción colérica de Soria, que le lanzó una mirada matadora. Afonso, que no se percató del riesgo cierto de ser deglutido por la bestia, continuó tan campante su discurso: “(...) me tenían preparado un papelito, pero les voy a hablar con el corazón” (eso, Graciliano, aprendiendo de Tadeo). El presidente de Red de Pymes estaba allí por aflojar la mosca, situación a la que llegó tras pedírselo un alumno muy singular, José Ramón Santana, el más veterano de la promoción que es, a su vez, presidente de los farmacéuticos y miembro del pleno de la Cámara de Comercio. Santana quedó estos días en muy mal lugar ante sus compañeros, pero él sabrá a quien servía en todo este asunto.