La discusión y debate de la moción de censura en el Cabildo de La Palma da para unas cuantas lecturas. Por ejemplo, la que aflora de inmediato por las notables presencias y las no menos notables ausencias. A arropar a Guadalupe González Taño, la presidenta saliente, acudieron José Miguel Barragán, secretario general de CC, y su homólogo palmero, José Ramón Hernández, al que pueden ver en la foto de al lado con cara de muy pocos amigos. Lejos, en Fuerteventura, evitando cualquier reproche por sus estrategias suicidas contra Paulino Rivero, se encontraba uno de los responsables de la ruptura palmera con el PSOE, Antonio Castro, que imponía casi a la misma hora al Cabildo de aquella isla la Medalla de Oro del Parlamento. Junto a Hernández pueden ver a la diputada regional del PP, Mayte Pulido, absolutamente embelesada ante algo que hasta ahora parecía impensable: que su partido asumiera el poder en su isla, de la que también es natural y vecino Asier Antona, secretario general regional, también presente en tan feliz acontecimiento. Nadie de la dirección regional del PSOE asomó por allí el jocico. Ni estaban ni se les esperaba. Lo más cercano a apoyos externos a la isla que recibió Pestana fue la visita solidaria del alcalde de Tacoronte, Rodolfo León, también expulsado por pactar allí con el PP tras una moción de censura que descabalgó al alcalde nacionalista Álvaro Dávila. Tanto él como sus otros cuatro compañeros de rebeldía siguen expulsados a día de hoy, por cierto.