Hay cosas que nos cuestan trabajo entender, como por ejemplo, que Adán Martín mantuviera a Arnáiz al frente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas dos años más de la cuenta. O que Soria y Mauricio lograran entenderse tan bien durante tanto tiempo. Hay otras que entran en el terreno de lo esotérico, como lo que viene ocurriendo en la Caja Insular de Ahorros de Canarias, una entidad que parece tocada por un maleficio. Montan un circo y les crecen los enanos, con perdón. Con la detención de su ejecutivo Jesús González Martín, la dirección de La Caja se lanzó a emitir un comunicado de desmarque, adelantándose a cualquier tipo de información que aclarara el tipo de implicación de este buen señor en la trama eólica. Sin embargo, por esas cosas curiosas que tiene esa casa, le pusieron un abogado de los servicios jurídicos para que se hiciera cargo de la defensa. ¿Fue precipitado el comunicado? ¿Está segura La Caja de lo que dijo en el minuto uno? ¿Está en el convenio colectivo pagar letrados a los directivos estrella si se ven envueltos en un escándalo como este? Lo dicho, extraños enigmas pendientes de resolver.