Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Aquella boda con pamela

Ser amigo o conocido de una persona encartada en un presunto delito no es perseguible penalmente, y ni siquiera se pueden exigir responsabilidades políticas por ello. Mentir para ocultarlo es lo que empieza a ser preocupante. Por eso andan muy escamados todos los amigos de Soria y de Briganty, que se preguntan por qué miente de ese modo el presidente del Cabildo y por qué reniega de amistades actuales. Porque Soria conoce a Briganty desde hace muchos años. Incluso fue uno de los invitados a su boda, celebrada en una casa solariega de Santa Brígida. Fue muy celebrada entonces (y aún resuenan los comentarios) la espectacular pamela que lucía la señora del presidente del PP, un tocado que habría resaltado incluso en las carreras de Ascot. También han estado Soria y señora en otras bodas de la familia de Briganty, y en cenas, en almuerzos, en cócteles, en la puerta del gimnasio, en reuniones... Miente Soria cuando insinúa no recordar nada de este abogado porque sabe perfectamente que está en los alrededores del negocio eólico, como igualmente lo sabe de sobra Larry Álvarez.

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