Ya ha terminado la instrucción del llamado caso del chalet de Esquivel, aquel color salmón por el que el vicepresidente del Gobierno denunció por injurias y calumnias al director de este periódico después de que se publicaran aquí varios reportajes sobre la cuestión. Y la cuestión no fue otra sino la versión rentista del viaje del salmón: Soria y su familia estuvieron viviendo en versión ocupa en ese chalet estupendo del empresario Javier Esquivel en aquellos fastuosos meses en que se tramitaba el concurso eólico y se aceptaban unos pornográficos acuerdos del consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas por los que se pretendía beneficiar al ilustre casero. Terminada la fase de instrucción, a la que la esposa de Soria presentó unos infumables recibos que, según ella, justificarían el pago de las rentas (1.600 euros al mes a tocateja), las partes han presentado sus correspondientes escritos. La fiscalía pide la absolución del denunciado. Soria, cómo no, dos años de cárcel para el periodista.