La Policía de Santa Cruz se está ganando a un ritmo frenético el cariño de los ciudadanos. A la contundencia de las patrullas de hombres de Harrelson que ha puesto Zerolo a incrementar los niveles de inseguridad ciudadana hay que sumar también la virtud de las cataratas. Ese padecimiento ocular debían tener los que revisaron los carnés de identidad de los tres supuestos revoltosos que neutralizaron e identificaron en la manifestación contra los proyectos de Valleseco. Los tres inadaptados eran, respectivamente, de Lanzarote, de La Laguna y de La Palma. Los dos primeros eran, por cierto, César Rodríguez Placeres, presidente del Centro de la Cultura Popular Canaria, y Chano Álvarez, que en compañía de otras personas trataban de fotografiar el momento en que unos operarios de limpieza arrancaban los carteles de convocatoria de la manifestación. Y Zerolo creyó a su policía, como tiene que hacer un buen alcalde.