La salvajada de Londres consiguió eclipsar otras informaciones de interés, tanto locales como nacionales e internacionales. Se eclipsó, por ejemplo, la metedura de pata diplomática de Alberto de Mónaco, poniendo en entredicho la seguridad de una ciudad como Madrid apenas 24 horas antes de un atentado en la ciudad que finalmente organizará los juegos olímpicos de 2012. Debía saber su alteza que ninguna ciudad está a salvo de estos terroristas, del mismo modo que los monegascos no estarán exentos de soportar machangadas los próximos años. No debemos pasar por alto, en medio de tanta excentricidad, el editorial de El Mundo de este jueves culpando a Zapatero de la derrota de Madrid 2012 por su política exterior. Y de lo de la Armada Invencible, nos tememos.