El descaro con el que actuaron estos empleados de Securitas es antológico y sólo se podría comprender si contaran con la complicidad de alguno de sus jefes. Pues, efectivamente, han acertado ustedes, en el saqueo a Vanyera participaba el encargado de la zona, que también resultó detenido por la Policía. No hemos podido ver las grabaciones, pero nos cuentan que son dignas de ser pasadas por alguna cadena de televisión para escarnio de los chorizos: unos vigilantes de seguridad que se llevan las cosas que han de custodiar y que, encima, se dedican a fumar en zonas absolutamente prohibidas por tratarse de espacios destinados a la alimentación y a la preparación industrial de productos de consumo. Insuperable, ¿verdad?