Y para que no vean que nos animan abyectas motivaciones contra la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, hemos de contarles hoy que ha conseguido -por fin- ganar un pleito judicial, aunque sólo sea el archivo de una denuncia penal interpuesta por un cabreado ciudadano. La magistrada juez del Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria ha sobreseído la causa según la cual el denunciante pretendía que se empurara a la alcaldesa, al presidente del Cabildo y al ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas. El motivo fue la compra de las dichosas miles y miles de pulseritas verdes con las que el trío del istmo pretendió promocionar la operación conocida como La Gran Marina. La magistrada no aprecia delitos porque las pulseras fueron compradas antes de que se declarara nulo todo el disparate, al tiempo que recomienda la vía contencioso-administrativa. El ciudadano acusaba a los denunciados de tráfico de influencias, malversación y encubrimiento. Por cierto, ¿queda alguna pulserita por ahí?