No sabemos si todo se debe a un colosal despiste o a que realmente Paulino Rivero no se fía todavía al cien por cien de su vicepresidente, José Manuel Soria. El caso es que hemos buscado en los decretos de Presidencia del Gobierno emitidos en agosto pasado y no hemos encontrado ninguno del presidente delegando sus facultades en su vicepresidente ante su viaje de vacaciones, muy merecidas ellas, a las Américas. Una fuente oficial ha confirmado que Paulino Rivero y su familia pasaron sus vacaciones en América del Norte, concretamente en un circuito entre Canadá y Estados Unidos que incluyó importantes ciudades canadienses y la capital USA. Pero antes de abandonar Canarias, y como manda la legislación vigente, Rivero debió dejar a Soria de presidente en funciones, pero no consta, oiga.