Un viaje a Limerick, la puerta desconocida del sur de Irlanda
La primera vez que pisamos las calles de Limerick hicimos una pequeña parada obligados por una de las autobiografías más poderosas de la literatura a nivel mundial: “La infancia feliz prácticamente no vale la pena. Peor que la ordinaria y miserable infancia es la miserable infancia irlandesa y peor aún es la miserable infancia católica irlandesa”. Es una de la concatenación de frases más poderosas que hemos leído jamás. En ‘Las cenizas de Ángela’, el escritor Frank Mc Court da una imagen terrible de la ciudad a través de su propia experiencia. En esas páginas terribles (lo más parecido a una anti-guía de viajes que se ha escrito nunca) se describen las calles y plazas de una Limerick lluviosa, embarrada y miserable. Para un friki de la literatura viajar por Irlanda es tener que cumplir con una sucesión irremediable de fetiches. Y a Limerick había que ir para descubrir esas calles que se describen en ‘Las cenizas’. Para ver lo que queda de todo aquello. Y lo que cambió.
Limerick se encuentra en un lugar muy importante de la geografía de la isla. Justo aquí es donde el Shannon, el principal río del país, empieza a morirse y se abre en un enorme estuario que anuncia la cercanía del mar. No sólo está en un lugar muy importante; también es la tercera ciudad más importante de la república con una población total que supera los 100.000 habitantes. Esto es clave a la hora de empezar a comprender la ciudad: un lugar ‘grande’ (para los estándares irlandeses) y estratégico ya que permite controlar el acceso al río desde el mar.
Y eso se deja ver en los muros del Castillo del Rey Juan (Nicholas Street). Este imponente complejo de muros y torres del siglo XII que se construyó para afianzar el poder de Inglaterra en la zona poco después de la conquista normanda de la isla. No es casualidad que el casco histórico primigenio de Limerick se divida entre la English Town (ciudad inglesa) frente a la Irish Town (ciudad irlandesa) situada en la orilla sur de la confluencia del Shannon y el Abbey.
La ciudad inglesa centró desde el primer momento las grandes instituciones del poder político, económico y religioso. La Catedral de Santa María, un buen ejemplo del gótico normando muy bonito por fuera y sencillamente hermosa por dentro, (Bridge Street, sn) es junto al castillo el mayor y más espectacular símbolo de la English Town y de aquellos tiempos de refundación normanda. Ahí en la ciudad inglesa puedes ver otros restos de la Limerick medieval (como el Muro de la Bolsa (Nicholas Street, 40) o la Casa Bourke (Nicholas Street) y otros edificios que explican la historia del lugar en los últimos siglos. El Palacio del Obispo (Castle Street, 9) -Siglo XVIII-; el entorno del Ayuntamiento (Merchants Quay); la Iglesia de San Munchin (Church Street)… Y ¿qué hay de esa Limerick de ‘Las Cenizas de Ángela’? Las huellas del libro sobre todo se dejan ver en los antiguos barrios de obreros al sur del Shannon. Y en lugares como La Casa de las Viudas (Crosby Row), una manzana de casas sencillas edificada a mediados del XIX como alojamiento para mujeres pobres. La fecha de construcción (1848) no es fruto de la casualidad. Estamos hablando de los años de la Crisis de la Papa y el comienzo de décadas de miseria en Irlanda.
Cruzamos el Abbey por Mathew Bridge y nos adentramos en Irish Town. Lo primero que nos topamos al pisar la Ciudad Irlandesa es el Munt Museum (Rutland Street), un totum revolutum, donde puedes ver colecciones artísticas (con nombres de la talla de Picasso, Gauguin o Renoir), etnográficas, artesanales, históricas y arqueológicas organizadas en torno al concepto de Memento Mori: recuerda que vas a morir. Muy irlandés. Aquí, entre grandes manzanas de casas de ladrillo rojo de estilo georgiano (en calles como O’Conell, William o Catherine Street), emergen grandes edificios como The Milk Market (Cornmarket Row), antiguo abasto del XIX que hoy comparte su función de mercado tradicional con el de polo gastronómico, o la Catedral de San Juan (Cathedral Place). ¿Otra catedral? Sí, como sucede en la mayoría de las ciudades irlandesas, la vieja catedral medieval quedó en manos protestantes y los católicos tuvieron que construir otra pese a ser aplastante mayoría en el país. Aprovecha que estás por aquí para ver la vecina Iglesia de San Juan (John's Square).
Los antiguos suburbios al sur de Irish Town.
El People’s Park (Pery Square) sirve para explorar esa ciudad antiguamente sórdida y miserable que pueden leerse en las páginas del libro de Frank Mc Court. Este parque hoy ocupa una gran porción de esas barriadas miserables que formaban el sur de Limerick en los años 20 y 30 del pasado siglo. La antigua Leamy House es la primera de las paradas en este tour final por la ciudad de Mc Court. En este palacete georgiano propiedad de la iglesia estaba el colegio al que acudió el autor durante aquellos años duros de infancia. Hoy el lugar alberga un pequeño museo sobre el escritor y se recrea un aula de la época y una habitación de una vivienda típica de aquellos tiempos.
Otro de los lugares que aparece de manera recurrente es Windmill Street, muy cerca de donde vivían (el lugar ha desaparecido) y que hoy es una calle de casitas humildes pintadas de color pastel al estilo de las que puedes encontrar en cualquier lugar de Irlanda (la familia también vivió en Roden Street y Hartstonge Street). Limerick tiene una relación tortuosa con ‘Las cenizas de Ángela’. Muchos locales, incluidos algunos vecinos y amigos del propio escritor, lo acusaron de mentir, exagerar o culpar a la ciudad de que el padre de familia, ese miserable que se gastaba todo el dinero en pintas, fuera alcohólico. Y en ese sentido, el Souths Pub (Quinlan Street, 4) ocupa un lugar de centralidad en la historia. Y aquí viene a colación una de las frases más potente del libro aunque seamos unos fans absolutos de los pubs irlandeses: “(…) de una enfermedad como el cáncer no hay escapatoria, pero de un bar sí es posible huir”.
A dos pasos de Limerick.- Ya que estás por aquí y si eres un amante de la historia en mayúsculas no dejes de ir a ver el Mooghaun Hill Fort (acceso por autovía M-18 -Newmarket-) uno de los yacimientos arqueológicos más importantes, grandes e impresionantes del país. Estamos hablando de una gran aldea prehistórica (en torno al siglo V o VI antes de Cristo) que contaba con tres anillos de murallas de más de seis metros de grosor que encierran un recinto de casi once hectáreas. Los restos de casas se han encontrado tanto dentro como fuera del recinto fortificado por lo que estaríamos ante una de las aldeas más grandes de la Edad del Bronce en las Islas Británicas. Muy cerca puedes ver un torreón defensivo del siglo XV (Mooghaun Castle) y un fastuoso castillo reformado al estilo de las grandes Mayor Houses (Castillo de Dromoland).
Fotos bajo Licencia CC: William Murphy; Underway In Ireland; jpc.raleigh; traveldot; Ella Phillips
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