La estación 'fantasma' de Correos en Barcelona abre por primera vez por el centenario del metro

ACN

21 de octubre de 2025 09:20 h

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La antigua estación de metro de Correos en Barcelona, ubicada entre las paradas Jaume I y Barceloneta de la L4, ha reabierto durante la madrugada de este martes por primera vez en medio siglo para acoger visitas en el marco de las actividades programadas para celebrar el centenario de la infraestructura ferroviaria. La estación fantasma, que desde que cerró 1972 ha estado rodeada de un aura de enigma, misterio y leyendas, ha vivido “la excepcionalidad” de recibir a visitantes cuando la red de metro ha detenido el servicio pasada la medianoche.

Esta era la primera de las nueve jornadas nocturnas en las que se muestra el espacio, y la presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), la concejal Laia Bonet, ha admitido que “no será posible hacerlo muy a menudo” en el futuro. En declaraciones a los medios desde las vías por las que pasan los trenes de la L4 a la altura de la antigua parada, Bonet ha destacado la expectación que ha suscitado la reapertura de esta estación fantasma, así como la de Gaudí, que será más fácil de visitar en un futuro, ya que no requiere que se pare la red de suburbano.

Sin embargo, en el caso de la de Correos debe hacerse de noche y en un día en que no haya previsto ningún mantenimiento en las vías, por donde todavía pasan convoyes. Además, la parada aún conserva anuncios antiguos, el rótulo de la estación, baldosas y un andén.

En el marco de los actos del centenario, se abrirá seis noches para el público general –los 275 pases se agotaron poco después de que estuvieran disponibles– y tres por el personal de TMB. La teniente de alcaldía ha explicado que “todo lo que debe pasar para que el metro funcione” a partir de las 5 de la mañana no permite que la actividad en Correos se pueda realizar regularmente, aunque no descartar que se repita. De hecho, las dificultades técnicas no han permitido en este medio siglo rehabilitar la antigua estación, sólo conservar algunos anuncios y, recientemente, limpiarla y poner algún elemento museístico como el sonido recreado de las obras cuando la construyeron en 1934.

Debido al éxito de inscripciones en el conjunto de actividades, ha explicado que se abrirán nuevas visitas los meses de noviembre y diciembre en el centro de control del metro, en la estación fantasma de Gaudí y en el taller de las instalaciones del ZAL que dan servicio a las líneas 9 y 10.

“Lleva 50 años parada en el tiempo”

Los primeros visitantes que han participado en la actividad han comenzado la ruta en el andén de Jaume I en dirección La Pau, han bajado a las vías y han caminado durante unos 200 metros hasta llegar a los restos de Correos, que se pueden vislumbrar viajando en la L4 entre Jaume I y Barceloneta dirección La Pau. “Dentro del túnel se vive diferente”, explicaba Adrián sobre la experiencia de pisar la estación de Correos con verla desde dentro de un metro en marcha. “Es una parte importante de la historia de la ciudad que determina cómo nos movemos”, añadía.

A otro de los visitantes, Arnau, le ha parecido “muy interesante poder ver dentro de la cáscara del metro cómo está construido por dentro” y ha destacado que la estación “lleva 50 años parada en el tiempo”.

La estación de Correos se inauguró en febrero de 1934 junto al antiguo edificio de Correos, al final de la Via Laietana. Se trataba de una estación austera, con una sola boca que daba a la calle y sólo una vía porque era final de línea, y con la garita del jefe de estación en los andenes. La infraestructura experimentó tres renovaciones: una en 1946, cuando se instalaron fluorescentes; una segunda tres años después, cuando se alargaron los andenes, y la última en 1956. Uno de los andenes, de 1,84 metros de ancho, era de servicio, para que el maquinista se moviera de un extremo al otro del tren cuando llega.

En 1970 se planificó la prolongación de la actual L4 hacia Selva de Mar y se decidió abrir una nueva estación en la Barceloneta. La proximidad de Correos con Jaume I y con la nueva parada llevó a las autoridades clausurarla el 20 de marzo de 1972. Desde entonces, el lugar está congelado en el tiempo, con algunas baldosas azul cielo aún pegadas a la pared, algunos anuncios de muebles y una propaganda de unas elecciones provinciales del año 1972. También puede verse el andén de servicio, mientras que el otro se eliminó porque allí se construyó otra vía –la línea se alargó y necesitaba dos para dar servicio a ambas direcciones.