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Por qué los medios de comunicación necesitan abrir sus despensas

Pau Llop

Los medios de comunicación necesitan desarrollar y abrir sus propias APIs, y no me refiero a un agente de la propiedad inmobiliaria para que les ayude a vender sus redacciones para liquidar quiebras. Una API es la llave que abre la puerta de la despensa. Es la alfombra roja que atrae el talento y posibilita generar valor para el producto, de afuera hacia adentro, sin tener que gastar recursos en crearlo directamente.

En plena crisis estructural, talento, valor y recursos no les sobran precisamente a los medios. Pretender atraerlos manteniéndose cerrados a cal y canto, sin abrirse a la colaboración con sus stakeholders habituales (usuarios, lectores, anunciantes, proveedores...) es un imposible.

Un estudio de dos investigadores (Airtamurto y Lewis) de Standford y la Universidad de Minnesota ha concluido, tras basarse en las experiencias del New York Times, The Guardian, Usa Today y NPR (la radio pública de EE.UU.), que el uso de APIs abiertas es “un acelerador del I+D”, crea una “avenida” para nuevas vías de comercialización y posibilita la aparición de nuevas redes de innovación. Una vez más, tres cosas de las que andan muy necesitados los medios españoles.

El guardián de la innovación

El citado The Guardian es uno de los alumnos más aventajados. No sé si tendrá algo que ver el que sea propiedad de una organización sin ánimo de lucro y que por lo tanto su objetivo no sea repartir supuestos beneficios a costa de todo (a veces también del periodismo), pero este medio británico siempre suele estar en primera línea en cuanto a innovación, transparencia y horizontalidad para con sus usuarios (ved en este vídeo a Alan Rusbridger, su editor, diciendo que “los periodistas no son los únicos expertos en el mundo”).

En este caso, The Guardian fue el primero en tirar la piedra del Open Journalism. No escondió la mano, y ahí tenemos los frutos de esa iniciativa donde las APIs son el motor que las alimenta:

  • Content API: permite a cualquiera acceder al contenido de The Guardian para su reutilización. La “llave” puede ser gratis o de pago según lo que quieras hacer con su contenido.
  • Data store: Su lema lo dice todo: “los hechos son sagrados”. Data store actúa como un ‘market’ de datos que atesora el medio respecto cualquier tema que haya tratado antes o a cuyas fuentes haya accedido. Algo que también están haciendo otros medios en el mundo y que en España sería tremendamente útil que hicieran unos medios que pueden acceder con un poco más de facilidad que los ciudadanos a unos datos que tristemente siguen estando secuestrados por las administraciones públicas. No te pierdas el ‘Data blog’ de Simon Rogers.
  • Politics API: Su primera API temática, permite a cualquiera acceder al basto conocimiento acumulado por el medio sobre la política en el Reino Unido. Políticos, partidos, resultados electorales y decenas de variables transversales.
  • Micro APPs: Permiten a cualquiera integrar su contenido, datos, herramientas y experiencias de usuario directamente en el ecosistema de The Guardian. Un ‘contexto’ de 36 millones de usuarios al mes.

Así funciona el Open Journalism en The Guardian:

The Guardian's Open Platform is open for business The Guardian's Open Platform is open for business from The Guardian Open Platform

Otro producto de The Guardian que está explotando su entorno vía API es N0tice, su sorprendente plataforma de periodismo ciudadano, una interesante mezcla de Craiglist y Twitter que pretende responder a la pregunta “¿Qué está sucediendo cerca de tí?”. Como explican en el Nieman Journalism Lab, The Guardian pretende con esta API “invitar a empresas, periodistas y otros a encontrar nuevos usos a la información que los usuarios están creando, buscando y compartiendo cada día” en esta plataforma.

Básicamente: el medio tiene la idea, crea la plataforma, los usuarios la alimentan y los interesados en los usuarios (empresas, anunciantes, otros periodistas) inventan el modelo de negocio para el medio -casi sin darse cuenta- al buscar la mejor manera de aprovecharse de este invento.

Con este sistema, The Guardian se está asegurando:

Primero, que tiene un control sobre lo que se hace con sus contenidos. Es posible que muchos editores piensen que dejar la llave de la nevera al alcance de cualquiera es sinónimo de quedarse sin cena. Pues es al revés.

Segundo, que miles de programadores acudan a la llamada de la API en búsqueda de crear nuevas aplicaciones para web, móvil, tablet, etc. The Guardian se reparte los beneficios publicitarios con ellos por un producto que no les ha consumido ni un céntimo de sus recursos y se beneficia de un talento que sobrepasa por mucho el que cabría en su redacción.

Tercero, que se cree un entorno impresionante para que florezca la innovación. Recordemos: el periodismo sigue sin modelo de negocio claro. En espacios como Open Journalism, al dejar abierta la caja de todos los ingredientes, es mucho más fácil que alguien acabe dando con la receta. Los nuevos modelos de negocio del periodismo encuentran así su mejor primavera para florecer.

¿Os imagináis una API que nos permitiera un acceso fácil y limpio a la inmensa hemeroteca del ABC? Seguro que alguien crearía una aplicación que permitiera a cualquiera contextualizar históricamente su noticia o contenido con las noticias antiguas de este veterano medio. ABC.es aumentaría exponencialmente sus páginas vistas sin haber invertido un céntimo en desarrollo, difusión, etc.

Ese era solo un ejemplo patrio para aterrizar una idea que va más allá de eso: si hay salvación para los medios, desde luego está fuera de ellos. Ojalá abran sus puertas, o repartan llaves, o nos dejen escudriñar en sus despensas.

Si no, en unos años estaremos hablando de las APIs... de los periodistas.

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Vida extra por llegar al final del post: La economía colaborativa en el TEDx Madrid.

Los medios de comunicación necesitan desarrollar y abrir sus propias APIs, y no me refiero a un agente de la propiedad inmobiliaria para que les ayude a vender sus redacciones para liquidar quiebras. Una API es la llave que abre la puerta de la despensa. Es la alfombra roja que atrae el talento y posibilita generar valor para el producto, de afuera hacia adentro, sin tener que gastar recursos en crearlo directamente.

En plena crisis estructural, talento, valor y recursos no les sobran precisamente a los medios. Pretender atraerlos manteniéndose cerrados a cal y canto, sin abrirse a la colaboración con sus stakeholders habituales (usuarios, lectores, anunciantes, proveedores...) es un imposible.