La nueva táctica del “yonqui del dinero” tiene un beneficiario: Eduardo Zaplana

Lucas Marco

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Marcos Benavent, autodenominado “yonqui del dinero”, ha cambiado de vida. Ya no vive en el chalet de su familia en la localidad de Benigànim y su estrategia de colaboración con la Fiscalía Anticorrupción en el marco del “caso Taula” ha dado un giro de 180 grados que ha sorprendido a propios y extraños. Durante los seis años de instrucción, Benavent validó los audios que aportó su exsuegro a Anticorrupción, de la mano de la actual consellera de Transparencia, Rosa Pérez Garijo, e incluso explicó a los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil el contexto de las conversaciones grabadas clandestinamente y los presuntos trapicheos que se llevaban entre manos los protagonistas. A partir de ahí, la UCO tiró del hilo y el caso se ha convertido en una macrocausa disgregada en una decena de piezas separadas.

La defensa del “yonqui del dinero” siempre estuvo en manos del letrado Ramir Blasco, abonada por la familia Benavent al tener el exgerente de Imelsa todos sus bienes embargados por el juzgado. A finales del pasado mes de mayo, según fuentes cercanas al caso, el letrado de Eduardo Zaplana en el “caso Erial” entró en contacto informal con la defensa de Benavent. Este caso Erial, en el que se investiga la presunta fortuna de Zaplana en paraísos fiscales, nació precisamente del registro del despacho del abogado de Benavent.

Los agentes de la UCO intervinieron un documento esquemático que contenía datos sobre las empresas de Zaplana y de la familia Cotino en Luxemburgo. Según la versión de Benavent, el documento se lo entregó un empresario de origen sirio afincado en Valencia que lo habría encontrado haciendo una reforma en su domicilio, que había habitado el exministro. Con ese documento, los agentes del instituto armado y la Fiscalía Anticorrupción tiraron del hilo y desentrañaron la madeja de la estructura societaria de Zaplana en el extranjero. Benavent declaró como testigo al inicio de la causa en condición de testigo.

En su sonada declaración de este miércoles, el “yonqui del dinero” ha tildado el desencadenante del caso de “montaje contra Zaplana”. Sin embargo, la UCO pudo confirmar punto por punto los datos sobre la presunta fortuna de Zaplana en el exterior mediante comisiones rogatorias y con el testimonio más importante: el del blanqueador uruguayo Fernando Washington Belhot, que incluso depositó los 5,7 millones de euros del botín del exministro en la cuenta del juzgado.  

Zaplana intentó, en vano, tumbar la confesión de su blanqueador. Los datos obtenidos de los “papeles del sirio” permitieron a la UCO establecer la lavadora global de la presunta banda corrupta liderada por el expresidente de la Generalitat Valenciana, con ramificaciones en Andorra y Panamá, entre otros paraísos fiscales. La instrucción del “caso Erial” se encuentra muy avanzada y la situación de Zaplana es enormemente delicada por la confesión del blanqueador (no todos lo días un ingeniero de las finanzas entrega alegremente casi seis millones de euros al juzgado).

Un personaje nuevo

En este contexto, aparece un personaje nuevo. El comisario José Villarejo declaró en una comisión de investigación del Congreso de los Diputados, a preguntas del parlamentario Luis Santamaría, gran amigo de Zaplana, que el PSOE encargó al CNI un montaje contra Zaplana en referencia a la documentación del empresario sirio. Aun sin aportar dato alguno, la principal prueba con la que arranca el “caso Erial” vuelve a la palestra.

Así, del “caso Taula” nace el “caso Erial”. Dos investigaciones de calado con un nexo común: un llamativo personaje llamado Marcos Benavent. El “yonqui del dinero” ha dado un triple salto mortal y sostiene ahora (tras seis años de colaboración con Anticorrupción) que los comprometedores audios que grabó a relevantes políticos del PP fueron manipulados por él y por su suegro.

Benavent ha declarado ante el juez del 'caso Taula' que hubo un “montaje contra Zaplana”, sin aportar demasiados detalles. “No busca sacar un rédito a favor suyo, en esta nueva etapa desde el principio ha dejado claro que la vía de colaboración con la Fiscalía está cerrada. Está buscando dinamitar Erial”, asegura una fuente cercana al caso. La defensa del exministro ya cuenta con una última bala para intentar tumbar el “caso Erial”.