Así se prepara la pastina, la sopa de pasta italiana más reconfortante para los días de invierno

A veces, cuando el frío protagoniza los días y regresamos a casa después de una larga jornada, lo único que apetece es un plato caliente que nos reconforte y nos haga sentir arropados. En esos momentos solemos recurrir, casi de manera instintiva, a los clásicos platos de cuchara: guisos, sopas o purés que nos devuelven la sensación de calor. Sin embargo, además de estas recetas tradicionales, también podemos permitirnos experimentar con propuestas diferentes. Ampliar nuestro repertorio culinario no solo nos anima a innovar, sino que también nos ofrece la oportunidad de descubrir nuevos ingredientes versátiles y llenos de sabor.

Normalmente, consumimos la pasta cocida y acompañada de tomate, queso, atún, champiñones, beicon, nata y un sinfín de ingredientes, elaborando así los clásicos macarrones o espaguetis. No obstante, existe un tipo de pasta menos conocida pero igualmente deliciosa y práctica: la pastina.

Este ingrediente, a diferencia de las variedades más populares, está especialmente pensado para preparaciones calientes, ya que su tamaño y textura le permiten integrarse a la perfección en sopas, caldos, papillas, purés y otros platos ligeros que resultan ideales para los días de frío. La pastina, originaria de la cocina italiana, recibe su nombre del término que significa literalmente “pasta pequeña”, derivado de la palabra “pasta”. Se elabora principalmente con harina de trigo y, en algunas ocasiones, puede incluir huevo.

Bajo este nombre se agrupan numerosos formatos diminutos, cada uno con características particulares. Entre los más comunes destacan los acini di pepe, pequeñas bolitas perfectas para las sopas, las fregolas también pequeñas bolitas, pero esta vez de sémola que se tuestan, y son originarias de Cerdeña; el orzo, una pasta con forma similar al arroz que suele utilizarse en ensaladas y sopas; y los ditalini, pequeños tubitos ideales para guisos consistentes. Debido a sus formas y tamaños, todos estos tipos de pastina tiene la capacidad de absorber sabores y mezclarse armoniosamente con distintos ingredientes.

Otro aspecto importante de las recetas caseras es que permiten adaptarlas a nuestras necesidades. Si padeces intolerancia al gluten, puedes optar por versiones de pastina elaboradas con ingredientes alternativos como maíz, arroz o legumbres. Además, encontrar este producto es muy sencillo, ya que suele estar disponible en la mayoría de supermercados. Así, con unos pocos ingredientes y creatividad, es posible probar este delicioso bocado reconfortante.

La receta

La pastina es uno de los ingredientes que, debido a su capacidad para absorber el sabor del caldo, adquiere una textura suave e irresistible, ideal tanto para niños como para adultos. A lo largo de esta receta, descubrirás cómo lograr una sopa equilibrada y adecuada para esos días en los que se busca algo simple, pero lleno de sabor, acompañada de caldo, verdura y pasta. Asimismo, este plato funciona sin problema como comida o cena. Por otra parte, su elaboración es sencilla y rápida, basta con reunir los ingredientes frescos, la pasta y poner la olla grande sobre los fuegos. El resultado es una sopa cálida con un toque casero.

En total, necesitaremos tan solo veinte minutos para elaborar esta receta. Este es el listado de todo lo necesario para elaborar esta receta para dos comensales:

  • Dos vasos, unos 200 gramos de pastina
  • Un huevo
  • Dos cucharadas de queso parmesano rallado
  • Una rama de apio
  • Media docena de zanahorias
  • Sal y pimienta al gusto
  • Una cebolla
  • Cuatro dientes de ajo
  • Un vaso y medio, alrededor de 400 ml de caldo de pollo, carne o verduras (a tu elección)
  • Un poco de perejil fresco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Un laurel
  • Dos cucharadas de mantequilla

Con todos los ingredientes preparados, podemos ponernos manos a la obra. En primer lugar, comenzamos con las verduras. Pelamos el apio y lo troceamos y a continuación hacemos lo mismo con la cebolla, aunque en este caso la cortamos en trozos medianos. Después, pelamos la zanahoria y la dividimos en cuatro partes. Por otro lado, pelamos los dientes de ajo y los dejamos enteros. Una vez lista toda la verdura, la reservamos en un plato.

Seguidamente, calentamos un chorro de aceite en una olla y sofreímos la verdura. Primero, añadimos los dientes de ajo para aromatizar el aceite y, después incorporamos el resto. Removemos hasta que adquieran un tono ligeramente tostado. En ese momento, agregamos el laurel y el perejil. Cuando todo esté bien mezclado y rehogado, lo cubrimos con agua un poco por encima de la mitad y dejamos cocer hasta que la verdura esté tierna.

Una vez cocida la mezcla, retiramos el perejil y el laurel. A continuación, trituramos a conciencia toda la verdura junto con el agua de la cocción. Luego, añadimos el caldo y dejamos que se cocina entre cinco y diez minutos para que se integren todos los sabores. En este punto, podemos aprovechar para ajustar el punto de sal y añadir pimienta.

Transcurrido ese tiempo, añadimos la pasta y la dejamos cocer hasta que esté blanda. Podemos guiarnos por las instrucciones del fabricante en el paquete, aunque suele tardar entre cinco y diez minutos.

Cuando la paste esté lista, apagamos el fuego y agregamos la mantequilla junto con el queso parmesano rallado. Por último, para terminar de elaborar esta deliciosa sopa, añadimos el huevo y dejamos que se cocine e integre con el calor residual de la olla. Al servir la pastina, podemos añadir un poco más de queso rallado por encima, un chorro de aceite de oliva y un toque de perejil picado.