Queda poco tiempo para celebrar una de las noches más especiales y esperadas del año: aquella que marca el final de un ciclo y el comienzo de uno nuevo. La noche del 31 de diciembre se convierte, casi sin darnos cuenta, en un momento cargado de simbolismo, emociones y expectativas, ya que da paso al día uno de enero y, con él, a nuevos propósitos y deseos. Sin embargo, junto a la ilusión también suelen aparecer las prisas, los contratiempos y el estrés propios de una jornada intensa.
Por este motivo, resulta fundamental organizarse con antelación y definir con claridad cuál será el menú de ese día. Planificar previamente qué se va a cocinar permite evitar improvisaciones de última hora y facilita que todo fluya de manera más ordenada.
Además, debido al jaleo habitual de esa fecha entre compras, limpieza, decoración y preparación de la mesa, contar con una planificación adecuada se convierte en un auténtico salvavidas.
A lo largo de la jornada, es habitual tener que coordinar entrantes, platos principales y postres, cuidando no solo el sabor, sino también la presentación y los tiempos de cocción. Todo ello puede resultar abrumador si no se gestiona con calma.
En este sentido, una de las decisiones más inteligentes para reducir la carga de trabajo es preparar el plato principal con antelación. De esta manera, se gana tiempo y tranquilidad, permitiendo centrarse en otros detalles importantes sin la presión constante de la cocina.
Rosbif con gajos de manzana y cebollas confitadas
Esta receta tiene la gran ventaja de poder prepararse con antelación, lo que la convierte en una opción ideal para estas fechas. Además, para disfrutarla en su punto justo, también se puede calentar en el horno a 120 grados durante quince minutos, añadiendo la salsa por encima para mantener la jugosidad y realzar su sabor.
En total se necesita dos horas aproximadamente entre la preparación y la cocción. Estos son los ingredientes para seis personas:
- Un kilo y medio de ternera
- Cuatro manzanas
- Diez cebollitas francesas
- Dos cucharadas de mantequilla
- 15 mililitros de aceite de oliva virgen extra
Una vez reunidos todos los ingredientes, ya podemos comenzar con la elaboración del plato de forma ordenada y sin prisas. En primer lugar, ponemos una sartén amplia al fuego y derretimos la mantequilla a temperatura media.
Cuando esté completamente fundida, incorporamos el lomo de ternera previamente mallado y lo sellamos por todos sus lados, dándole la vuelta para que se dore de manera uniforme. Este paso no debe prolongarse demasiado, bastarán un par de minutos por cada cara para conseguir un exterior dorado y lleno de sabor.
A continuación, retiramos la carne y la colocamos en una fuente apta para horno. Seguidamente, vertemos por encima la mantequilla restante de la sartén, lo que ayudará a mantener la jugosidad durante el horneado.
Después, añadimos las cebollitas alrededor de la carne y regamos todo con una cucharada generosa de aceite de oliva. Salpimentamos al gusto y llevamos la fuente al horno precalentado a 190 grados, donde se cocinará durante aproximadamente una hora y media.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, sacamos el rosbif del horno y lo dejamos reposar. Para ello, lo envolvemos cuidadosamente en papel de aluminio y lo dejamos descansar unos veinte minutos, permitiendo que los jugos se redistribuyan y la carne resulte más tierna al cortarla.
Mientras tanto, retiramos las cebolletas que se han ido cocinando lentamente y pasamos a preparar la guarnición. Pelamos dos manzanas y las cortamos en gajos, de forma similar a unas patatas. Las doramos en una sartén con un poco de mantequilla hasta que adquieran un bonito color. Cuando estén listas, incorporamos las cebollitas confitadas y las salteamos brevemente para unificar sabores.
Por último, preparamos la salsa. Para ello, recogemos los jugos que quedaron en la fuente del horno y los desglosamos con un chorrito de vino. Trituramos la mezcla con la batidora añadiendo una de las cebollitas confitada, lo que aportará mayor textura a la salsa. De este modo, el plato queda completo y listo para servir.
Salmón a la naranja
Esta receta es, sin duda, una de las formas más deliciosas y aromáticas de preparar el salmón, ya que la presencia de los cítricos aporta un perfume fresco e intenso que realza su sabor natural. En total se necesita media hora aproximadamente entre la preparación y la cocción. Podrás calentarla minutos antes de servir, en su salsa, para que el pescado no se seque. Estos son los ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro lomos de salmón
- 15 gramos de harina
- Perejil fresco
- Sal
- Tres naranjas
- Ralladura de naranja
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 300 gramos de cebolla
- Dos dientes de ajo
En primer lugar, colocamos los lomos de salmón sobre una superficie limpia y los sazonamos con sal y pimienta al gusto.
Seguidamente, calentamos un poco de aceite de oliva en una sartén amplia y, cuando esté bien caliente, sellamos el salmón brevemente por ambos lados hasta que adquiera un ligero dorado. Una vez marcado, lo retiramos del fuego y lo reservamos.
Mientras tanto, pelamos las cebollas y los ajos y los picamos finamente. A continuación, los añadimos a la misma sartén y los cocinamos a fuego suave durante unos diez minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que queden bien pochados y transparentes.
Cuando el sofrito esté en su punto, incorporamos la ralladura de las naranjas, procurando no llegar a la parte blanca para evitar sabores amargos. Seguidamente, añadimos la cucharada de harina y la cocinamos durante un par de minutos, removiendo constantemente, para eliminar el gusto a crudo.
Después, vertemos el zumo de las naranjas y devolvemos los lomos de salmón a la sartén. Dejamos que se cocinen durante unos cinco minutos por cada lado, permitiendo que se impregnen bien de la salsa. Finalmente, espolvoreamos perejil finamente picado justo antes de servir, aportando un toque fresco y aromático que realza el conjunto del plato.
Merluza en salsa verde
Esta receta es muy sencilla, se convierte en una opción ideal incluso para los menos experimentados en la cocina. Además, requiere muy pocos ingredientes, lo que facilita aún más el proceso. A partir de productos básicos como el ajo y el perejil, junto con un caldo de calidad, se logra una salsa suave y equilibrada que acompaña al pescado sin restarle protagonismo.
En total se necesita media hora aproximadamente entre la preparación y la cocción. Estos son los ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro lomos de merluza grande
- Una cucharada de harina
- Sal
- Dos latas pequeñas de guisantes
- Dos vasos de vino blanco
- Tres manojos de perfil fresco
- Seis ajos
- Tres latas de espárragos blancos
- Dos vasos de caldo de pescado
En primer lugar, ponemos una cazuela al fuego y añadimos un pequeño chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente, incorporamos el ajo finamente picado y lo removemos suavemente para que desprenda todo su aroma sin llegar a quemarse.
En el momento en que el ajo adquiera un tono dorado, añadimos la cucharada de harina y la rehogamos durante un par de minutos, removiendo constantemente, con el fin de eliminar el sabor a crudo.
A continuación, vertemos el vino blanco y aumentamos ligeramente la intensidad del fuego. Dejamos que el alcohol se evapore mientras mezclamos bien para integrar todos los ingredientes. Una vez reducido el vino, añadimos el caldo de pescado, ajustamos el punto de sal con precaución y dejamos que la salsa se cocina a fuego medio durante unos diez minutos.
Pasado este tiempo, incorporamos el perejil finamente picado, que aportará frescura. Añadimos los lomos de merluza junto con los espárragos y los guisantes. Cocinamos todo durante unos cinco minutos por cada lado, con cuidado de no romper el pescado. Finalmente, cuando la merluza esté en su punto y la salsa bien ligada, el plato estará listo para servir.