Muere el político y escritor, tornado en excéntrico personaje literario, Eduard Limónov

El escritor y político ruso Eduard Limonóv, conocido entre otras cosas por ser el protagonista de la biografía del periodista francés Emmanuel Carrère, ha fallecido este martes en Moscú por causas desconocidas según ha confirmado el medio Sputnik y su partido político, La Otra Rusia, a través de su cuenta de Twitter. 

“Hoy, 17 de marzo, ha muerto Eduard Limónov. Todos los detalles serán comunicados mañana”, ha publicado en redes sociales la formación política de la que el escritor era presidente. 

Nacido en Dzerzhinsk en 1943 , el autor de obras como Diario de un fracasado (1982), Anatomía de un héroe (1997) o Sicópata ruso (2003), se alzó como un personaje activista político en Rusia. No obstante, a Europa llegó convertido en un fenómeno gracias a la ya mencionada biografía escrita por Emmanuel Carrère en 2012. 

Escritor de éxito, fascista, comunista, opositor de Putin, vagabundo, mayordomo: todas las facetas del verdadero Eduard Limónov fueron narradas por él mismo en El libro del agua, una biografía que escribió en la cárcel que se ha convertido en su último libro. 

“En Europa soy como una atracción de feria. Me vienen a ver como si fuera una rareza y no se sorprenden con nada de lo que digo. Soy una diversión sin más y en el fondo no me toman en serio, pero soy un profeta”, decía en una entrevista a eldiario.es.

Limónov se enroló en diversas contiendas de los Balcanes, siempre del lado de los serbios, a los 48 años. Además, ingresó en prisión después de que el Gobierno de Putin le acusase de terrorismo y de tráfico de armas. Pero ya estaba en el punto de mira desde que regresó a Rusia tras la disolución de la URSS y creó el Partido Nacional Bolchevique, que predicaba una ideología fascista y comunista -de hecho, su emblema era la hoz y el martillo sobre el fondo de la cruz gamada de los nazis- y fue prohibido en 2007 contando con más de 70.000 militantes entre sus filas.

Esa es la razón por la que la guerra (y las mujeres) son los pilares de sus memorias. De hecho, el tatuaje que tiene en su brazo es de una granada de mano, en ruso limonka, como el título del diario fascista que fundó en 1991 y que le proporcionó su seudónimo.

“Cada cosa tiene su tiempo, eso es todo. Hay uno para las tetas y los muslos de Maggie, reina de la cocaína, y otro para el fusil de asalto Kalashnikov”, escribe en una autobiografía que servirá para que la historia pueda contrastar cuánto tenía de verídico el personaje descrito por Carrère.