Bankia maquilló sus cuentas para su salida a bolsa

Los peritos del Banco de España han determinado, en un informe remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que las cuentas anuales que Bankia aprobó a principios de 2012, bajo la presidencia de Rodrigo Rato, y las que reformuló en mayo de ese año, tras la llegada de José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente ejecutivo de la entidad, “no expresaban la imagen fiel” del banco.

El informe, que ha sido entregado por dos peritos del regulador y puesto a disposición de las partes del 'caso Bankia', señala que tanto en las cuentas de Rato, que presentaban unos beneficios de 309 millones de euros, como en las de Goirigolzarri, que recogían unas pérdidas de 2.979 millones, existían “ajustes de importancia material no contabilizados”.

El informe también es demoledor con las cuentas anuales de Banco Financiero y de Ahorros, matriz de Bankia, correspondientes al primer trimestre de 2011, que retrataban la situación de la entidad antes de la salida a bolsa de julio de 2011. Tampoco cumplían la normativa del Banco de España “debido a la existencia de errores contables”.

También se plantea sin muchas ambigüedades que la información que se facilitó al mercado antes de la salida a bolsa fuera incompleta o manipulada. Por tanto, se abren nuevas posibilidades para que las personas que compraron acciones de la entidad y que después perdieron todo casi su valor entablen acciones judiciales para recuperar ese dinero.

Los estados financieros de BFA incluidos en el folleto de emisión “no expresaban la imagen fiel de la entidad”. “Tampoco los estados financieros de Bankia expresaban su imagen fiel. Unos meses después de la OPS [Oferta Pública de Suscripción], las cuentas se reformularon para contabilizar saneamientos adicionales de activos y préstamos inmobiliarios que al menos en parte correspondían a fechas anteriores a la salida a bolsa”.

El informe concreta que los autores no podían alegar desconocimiento sobre esa información, “porque Bankia tenía la información necesaria, o estaba a su alcance conseguirla, para establecer la correcta valoración de los activos”.

Compras sospechosas

Los peritos critican la existencia de “compras inexplicables, realizadas por acreditados con riesgos refinanciados y retrasos generalizados en el pago de sus cuotas. Se han detectado ventas inmediatas tras la salida a bolsa que ponen en duda el interés real de algunos inversores”.

“El precio fijado, 3,75 € por acción, que suponía un descuento sobre el valor contable del 74%, volvió inviable a BFA, al romper el grupo fiscal y dañar la recuperabilidad de sus cuantiosos activos fiscales y al causar una gran pérdida del valor de su participación en Bankia, en perjuicio de sus accionistas y acreedores, principalmente los tenedores de obligaciones subordinadas y participaciones preferentes, así como el propio FROB”.

“En cuanto a la inversión crediticia, se dice que no hubo un inventario integrado de riesgos hasta el verano de 2011. Es una justificación peculiar, puesto que ello no había impedido el primer ajuste a la combinación de negocios y además imprecisa, pues no aclara si el conocimiento del ajuste fue anterior o posterior a la salida a bolsa en 20 de julio de 2011. Se indica que había unos riesgos procedentes de Caja Madrid que contaban con toda la información necesaria por lo que no se entiende la falta de registro de su deterioro”.

Además, “las cuentas anuales individuales y consolidadas de Banco Financiero y de Ahorros y de Bankia desde la constitución del Sistema Integrado de Protección (SlP), 31 de diciembre de 2010 hasta las cuentas anuales individuales y consolidadas correspondientes al ejercicio anual finalizado el 31 de diciembre de 2011, incluidas las cuentas reformuladas el 25 y 28 de mayo por los nuevos gestores que son el resultado de omisiones o inexactitudes resultantes de fallos al emplear la información, que estaba disponible cuando los estados financieros para tales periodos fueron formulados y que el Grupo BFA/Bankia podía y debía haber empleado en la elaboración de los estados”, dicen las conclusiones.

Los peritos recuerdan que el auditor, Deloitte, “no indica ningún tipo de salvedad, indicando que” las cuentas “cumplen con la normativa del Banco de España, cuando la situación financiera consolidada y los resultados consolidados no se adecuan a las citadas normas”.

En relación con la fusión de las siete entidades que formaron Bankia, los peritos señalan que el Sistema Integral de Protección de activos (SIP) “se transformó en poco tiempo en una fusión de pleno derecho, pero los planes de negocio que justificaban la operación fallaron desde el principio, debido al deterioro del marco económico, los cambios normativos y la debilidad de las entidades integradas”.