Valencia, 21 oct (EFE).- La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha asegurado que la economía española se mantiene en fase de reactivación, pero que su evolución en el cuarto trimestre es muy incierta y dependerá de que se produzca un eficaz control de los rebrotes de COVID que permita generar la confianza suficiente.
“Un entorno de seguridad y confianza que es la base para estimular la demanda”, ha afirmado Calviño durante la clausura del XIX Congreso de Directivos CEDE, en la que ha explicado que la incertidumbre es más dañina para la economía que los confinamientos.
Según ha subrayado, la evolución sanitaria y económica del resto de Europa también será determinante, ya que las medidas que puedan adoptar los principales socios comerciales de España tendrán un impacto económico para el país “todavía difícil de calibrar”.
En este contexto de incertidumbre, la vicepresidenta ha señalado elementos que pueden aportar certezas, como la actuación del Gobierno español y las autoridades europeas para frenar el impacto económico y social de la COVID-19 o la respuesta conjunta de los organismos financieros internacionales para apoyar a los países “más frágiles”, cuestión importante para las empresas españolas con intereses en esos países.
Del medio y largo plazo ha señalado la necesidad de reorientar el modelo productivo, un asunto para el que ha apelado a la colaboración público-privada y al diálogo con los agentes sociales.
Por su parte, el presidente de la Fundación CEDE, Isidro Fainé, se ha sumado a las voces que durante la jornada han apelado al consenso político para sacar adelante reformas que faciliten el crecimiento económico y permitan aprovechar las ayudas europeas.
“Los representantes políticos deben comprometer reformas amplias, profundas y estables, porque pueden insuflar confianza”, ha asegurado Fainé, quien ha pedido a los líderes políticos altura de miras y que antepongan los intereses del conjunto del país a los de sus partidos.
“Debemos estar mentalizados para un periodo de dificultades con duración e intensidad inciertas”, ha añadido Fainé, que ha apelado al buen hacer de los empresarios y directivos para gestionar la incertidumbre.
En su opinión, los próximos meses van a ser cruciales y van a suponer un gran desafío para España, que tendrá “que demostrar que es merecedora de las ayudas a fondo perdido” que van a llegar de Europa.
Ante este desafío ha animado a los empresarios a “dejarse la piel” en la elaboración de proyectos para canalizar los fondos europeos, porque “está en juego la imagen, la reputación y la relevancia internacional de las empresas españolas”.