Barcelona, 12 nov (EFE).- El consumo de cemento en Cataluña casi se ha normalizado en septiembre, ya que solo registró un descenso del 1,6 % en comparación con el mismo mes del año pasado, aunque en los ochos primeros meses del año acumula una caída del 13 % por la crisis generada por la COVID-19.
En un comunicado, el presidente de Ciment Català, Salvador Fernández Capo, ha advertido sobre los efectos que tendrán en el sector la finalización de obras en marcha durante los próximos meses.
Por ello, ha urgido a acelerar infraestructuras como el Corredor Mediterráneo o los accesos a los puertos catalanes, “imprescindibles para asegurar la competitividad futura” de Cataluña.
En septiembre, se han producido una importante disminución de las exportaciones de las fábricas catalanas, casi a la mitad.
Según Fernández, una causa importante de ello es el efecto que ha tenido sobre la competitividad el mercado de emisiones de gases de efecto invernadero, para reducir el CO2, que no existe en otros países exportadores de cemento fuera de la UE.
La patronal considera que las fábricas de España se ven también perjudicadas por el elevado coste de energía eléctrica en comparación con el resto de Europa, “lo que todavía las penaliza más a la hora de vender su producto al extranjero.