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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El final del verano que descubrimos Sotosalbos

Este verano no ha muerto ningún miembro de Los Vengadores pero se nos ha vuelto a morir Chanquete, que es lo más cercano a un superhéroe de Marvel que tenemos en España. Chanquete -con su nave varada en tierra, su cuerda mágica para rescatar niños en los acantilados- ha muerto más veces que Al Baghdadi, tantas como TVE ha reemitido 'Verano Azul' desde su estreno en 1981, la serie que marcó la niñez de la generación que ahora quiere gobernar España y que piensa que el trap es una llave de taekwondo. 

Ha muerto tantas veces Chanquete que en la próxima reposición molaría que no muriera y se convirtiera en el 'unabomber' de la Costa del Sol y liderara una organización ecoterrorista con el Tito y el Piraña reventando cruceros por el Levante español. Porque si Chanquete hubiera sobrevivido hasta nuestros días, sería considerado un turismófobo. Hay que ver cómo se ciscaba Chanquete en los turistas, aunque fueron precisamente unos turistas los que se atrincheraron en su barco al grito hippie de “no nos moverán”. Si Chanquete no pudo vivir sin contradicciones, ¿quién puede hacerlo? Pero, bueno, esto del 'comando Verano Azul' ya lo ha contado mucho mejor Isaac Rosa este mes de agosto

La Nerja de Chanquete ha vuelto este verano en el que, sin embargo, el pueblo del que más se ha hablado ha sido el Sotosalbos de Maroto. Sin duda, este ha sido el verano de Sotosalbos. Al parecer, esta pequeña localidad segoviana con poco más de cien habitantes sufre un grave problema de acceso a la vivienda hasta el punto de que un senador del PP y un directivo de Accenture se han visto obligados a compartir piso con un negocio ganadero de explotación de búfalos. No sé a qué está esperando Netflix. Con mucho menos que esto se han rodado las mejores comedias del año en Francia. 

Sotosalbos ha dejado además la frase del verano: “Se me va a ver mucho por Sotosalbos”, pronunciada por el senador en cuestión, que es otra forma de decir “Vitoria, por encima de todo”, el lema con el que gobernó Maroto en Vitoria durante cuatro años, tildando de antivitorianos, quién sabe si de segovianos, a todos los que no comulgaban con su nacionalismo vitoriano de toda la vida. Es lo que tiene el vitorianismo: que los bilbaínos lo mismo te quitan el agua del pantano que te birlan los acueductos de Segovia. “Vitoria, por encima de todo, pero Sotosalbos más encima”, es el nuevo lema de Maroto.  

El verano de Sotosalbos ha sido casi tan sorprendente como el agosto de Albert Rivera. El otro día criticaba yo a Rivera por justificar su larga ausencia veraniega con el argumento de que “lo que pasa en agosto no existe” pero, bien visto, un agosto sin Rivera ha sido casi mejor que un concierto sin teléfonos móviles. Sin Rivera y sin el resto de los políticos chillones de esta nuestra democracia. Qué paz. Aunque los que sí han regurgitado algo este mes de agosto son los que se han propuesto llevarnos a elecciones en noviembre como se llevan al matadero a los búfalos de Sotosalbos. Termina agosto y vuelven las tertulias de política y las políticas de tertulia.

Este verano no ha muerto ningún miembro de Los Vengadores pero se nos ha vuelto a morir Chanquete, que es lo más cercano a un superhéroe de Marvel que tenemos en España. Chanquete -con su nave varada en tierra, su cuerda mágica para rescatar niños en los acantilados- ha muerto más veces que Al Baghdadi, tantas como TVE ha reemitido 'Verano Azul' desde su estreno en 1981, la serie que marcó la niñez de la generación que ahora quiere gobernar España y que piensa que el trap es una llave de taekwondo. 

Ha muerto tantas veces Chanquete que en la próxima reposición molaría que no muriera y se convirtiera en el 'unabomber' de la Costa del Sol y liderara una organización ecoterrorista con el Tito y el Piraña reventando cruceros por el Levante español. Porque si Chanquete hubiera sobrevivido hasta nuestros días, sería considerado un turismófobo. Hay que ver cómo se ciscaba Chanquete en los turistas, aunque fueron precisamente unos turistas los que se atrincheraron en su barco al grito hippie de “no nos moverán”. Si Chanquete no pudo vivir sin contradicciones, ¿quién puede hacerlo? Pero, bueno, esto del 'comando Verano Azul' ya lo ha contado mucho mejor Isaac Rosa este mes de agosto