La pandemia de COVID-19 se ha cobrado ya en Euskadi 1.193 vidas, 26 solamente en las últimas 24 horas. Los positivos crecen en 344 del jueves al viernes, hasta dejar el total conocido en 13.780 (3.453 en Álava, 7.828 en Bizkaia y 2.499 en Gipuzkoa). El lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera de Salud, Nekane Murga, han adelantado estos datos en el Parlamento Vasco, donde comparecen por vez primera de manera presencial desde que se inició la crisis sanitaria, una sesión que se ha abierto con un minuto de silencio y en la que han primado la distancia, la desinfección y la presencia mínima de asistentes. En ella se ha anunciado la posibilidad de que las elecciones vascas sean en julio.
Por vez primera también, el Gobierno vasco ha informado del total de casos detectados en las residencias y del número de defunciones, unos datos que de manera no homogénea actualizaban las tres diputaciones. Son 499 los decesos, medio centenar más de los que se conocían. En las últimas horas ha fallecido un primer trabajador. El total de ancianos de estos centros que han contraído el coronavirus son 1.690, alrededor del 9% de los 18.500 internos que completan su vida en estos centros. “Somos conscientes de que, en muchos casos, nos enfrentamos a situaciones irreversibles por la edad y por cuadros de varias patologías previas. En todo caso, este ha sido y es un ámbito de preocupación y ocupación preferente de las instituciones vascas”, ha dicho Urkullu. Se puede consultar un mapa con datos territorializados y por centros aquí.
El lehendakari ha ofrecido más datos. “El número de profesionales sanitarios infectados ha sido de 2.280 y el de recuperados 1.150”, ha indicado, lo que significa que todavía hay 1.700 trabajadores de Osakidetza de baja por la pandemia. Durante toda la crisis, el total de hospitalizados es de 6.310, de los que 518 han pasado por una UCI. El pico fue de 230 casos graves simultáneos. 8.450 personas -el 61% de los positivos- han recibido ya el alta.
Urkullu, en la línea de lo publicado por este periódico, ha defendido la capacidad de respuesta de Osakidetza ante la crisis desde la premisa de evitar “un Ifema en Euskadi”. Así lo ha argumentado el lehendakari: “Osakidetza ha conseguido, hasta el momento, ofrecer una respuesta sanitaria de calidad y eficiente a este reto de dimensiones extraordinarias. Hemos conocido problemas y dificultades inmensas; pero no ha habido caos, ni enfermos tumbados en los pasillos, ni colapsos en las urgencias, ni en las UCIs, ni hospitales de campaña… La respuesta ha sido seria, de calidad y eficiente. Osakidetza y el conjunto de la sanidad vasca han respondido. Lo ha hecho en un contexto de máxima adversidad. Esto es lo más importante. Hoy lo quiero destacar y reconocer públicamente”.
Y ha añadido: “Hemos tenido que hacer frente a la necesidad de millones de productos para suministro sanitario, en concurrencia con el resto de países del mundo. Todos necesitábamos EPI, mascarillas o respiradores en un mismo mercado internacional. Las cifras reflejan la dimensión mayúscula de una contingencia imprevisible. ¿Qué nos indican estas cifras? Que nuestro sistema de salud ha sido capaz, hasta el momento, de hacer frente a una prueba de presión y gravedad inusitada”.
Murga ha indicado que “la situación es los hospitales sigue mejorando de forma sustancial”. Según sus datos, “el número de personas hospitalizadas disminuyó ayer en 37. También ayer, por primera vez en las últimas semanas, ninguna persona ingresó en la UCI”, ha indicado. Las personas ingresadas son 143 en Álava, 475 en Bizkaia y 183 en Gipuzkoa, aunque no se incluyen la hospitalización domiciliaria, mayores aislados en residencias, los hoteles medicalizados y la clínica privada San Onofre de Vitoria (aunque sí el resto de centros privados con pacientes de COVID-19). Asimismo, considera muy bueno que solamente el 7% de las personas a las que se les hace el test, sea PCR o serológico, dé positivo.
¿Pequeños comercios, peluquerías y teatro desde mayo?
En este contexto de mejora, Urkullu ha dado más pinceladas sobre sus planes para la desescalada, medidas que ha situado a partir de la “segunda quincena de mayo”. Ha pedido al Gobierno de España que permita flexibilidad para la aplicación matizada de medidas en cada territorio. Ya es conocido el planteamiento de permitir el deporte individual, básicamente 'running' o ciclismo, así como limitar el regreso a las aulas a bachilleres, FP y alumnos de cuarto de Secundaria. También se había aludido a la reapertura del pequeño comercio, y Urkullu ha concretado que ello “incluye peluquerías” pero no “bares, restaurantes o locales de ocio”. Sería “en las mismas condiciones que para la realización de compras de alimentación, de forma individual, en lugares cercanos y en el tiempo mínimo necesario”
También ha mencionado Urkullu la “apertura de centros culturales, teatros y museos con limitaciones de distanciamiento físico y aforo”, y la “organización progresiva de eventos culturales, deportivos y de ocio con las mismas limitaciones que el resto de actividades”. “Si hasta ahora ha sido necesaria la filosofía auzolana para hacer frente a la pandemia, en este plan de transición a la 'nueva normalidad', lo va a ser en mayor medida”, ha apostillado Urkullu sobre su voluntad de consensuar con otros partidos y con agentes sociales este nuevo escenario, en el que ha augurado que habrá que “convivir” con el virus durante meses.