Cientos de personas con banderas palestinas han obligado a la Vuelta ciclista a España a adelantar ocho kilómetros la meta. Los manifestantes propalestinos, que protestan contra la presencia de un equipo israelí propiedad de un millonario sionista amigo de Benjamin Netanyahu, se concentraron en el Alto de San Cosme, en Mos (Pontevedra) y obligaron a la organización a cortar la carrera antes de la meta prevista. Agentes antidisturbios de la Guardia Civil respondieron con duras cargas. Varias personas fueron retenidas por las fuerzas policiales.
En el alto de San Cosme, tras una subida recomendada en todas las guías ciclistas y que se prometía deportivamente espectacular, una concentración de cientos de personas de todas las edades —jóvenes, mayores, familias enteras...— esperaba para frenar la etapa en medio de un impresionante dispositivo de seguridad del instituto armado y la Policía Nacional.
Pero el pelotón nunca llegó hasta aquí. Poco después de que los agentes, con equipo antidisturbios, levantasen por la fuerza a las decenas de personas que se tumbaron sobre la vía, para bloquearla, un rumor comenzaba a extenderse: “Han parado la carrera a 8 kilómetros de la meta”. La retirada de las motos de la Guardia Civil parecía confirmarlo y los gritos de júbilo se extendieron entre la multitud. Varias jóvenes se sumaron con el zaghareet, el inconfundible ululeo tradicional árabe.
La decisión de la organización quería evitar que los corredores llegasen al punto en el que la muchedumbre había cortado la rotonda que corona el alto. La noticia pronto corrió también entre los equipos y la organización. Los buses y los vehículos, que esperaban aparcados a sólo unos metros del tapón humano, comenzaron a ponerse en marcha para abandonar la zona. Los manifestantes los despidieron entre abucheos y gritos de “Cómplices, cómplices”.
Las organizaciones propalestinas consiguieron a la segunda el objetivo que no pudieron lograr el domingo en Lugo —donde la intervención policial se saldó con una decena de detenidos— y consiguieron cortar la carrera kilómetros antes de la meta. “Y sin llevar ni una hostia”, bromeaban algunos de los presentes, entre gritos de “Palestina, vencerá” y “Boicot a Israel”. “Esta etapa la gana Palestina”, coreaban.
Mañana, la Vuelta abandona Galicia. Saldrá de la localidad ourensana de O Barco de Valdeorras, una de las más afectadas por los incendios de agosto, para finalizar en León, en el Alto del Morredero.