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Oncólogos para suplir la falta de internistas: nuevas quejas en el área sanitaria que gestiona la prima de Feijóo

La gerente del área sanitaria de Santiago, Eloína Núñez, en una imagen de archivo junto con el expresidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo.

Beatriz Muñoz

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El área sanitaria de Santiago y O Barbanza sigue acumulando quejas y advertencias de los profesionales. En enero la gerencia, al frente de la cual está Eloíña Nuñez Masid, prima de Alberto Núñez Feijóo y miembro de la dirección del PPdeG, frenó una huelga que estaba a punto de convocarse en el servicio de Ginecología del Hospital Clínico de Santiago. El jefe de este departamento había dimitido en diciembre en protesta por la sobrecarga de los médicos, que llevaban casi ocho años reforzando las guardias en el centro de O Barbanza. La promesa de refuerzos que pusiesen fin a la situación detuvo el paro que ya se estaba planteando. Solo un par de meses después, sobre la mesa de Núñez Masid hay un nuevo documento que comunica el malestar de otro servicio, el de Oncología, por una cuestión similar.

Profesionales especializados en tratar a pacientes con cáncer, reumatólogos, neumólogos y endocrinos se están desplazando desde hace algo más de un mes entre la capital gallega y hospital ubicado en Ribeira para darle apoyo a este último por la falta de médicos. Pero en este caso no lo hacen ni siquiera en su misma rama: cubren guardias de Medicina Interna.

La gerencia del área sanitaria admite el déficit de personal médico en O Barbanza y la necesidad de desplazar a profesionales de forma constante desde el hospital de Santiago. La medida, dice, es “voluntaria, excepcional y puntual” y se debe a “la escasez de profesionales en estos momentos en el centro comarcal”. Se trata, insiste, de algo “temporal mientras no se consiga contratar a más especialistas en este centro”. Esa fase llegará, según la dirección, hasta el mes de junio, para cuando asegura que espera que “no sea necesario reforzar las guardias” en O Barbanza, algo que asegura que ha trasladado al equipo de Oncología.

A la espera de comprobar si esos refuerzos se concretan o no, profesionales de diferentes servicios se tienen que desplazar para cubrir guardias y turnos de tarde en Ribeira incluso aunque Medicina Interna no es su especialidad. Un trabajador del hospital compostelano, que pide no se dé su identidad, explica que ya se nota un impacto negativo en los servicios en Santiago, y el número de pacientes en lista de espera se está multiplicando en alguna de las ramas que están yendo a reforzar a O Barbanza. Esto, señala, está obligando a priorizar entre los enfermos. Una de las compensaciones por cubrir estos turnos en el otro hospital son libranzas, lo que deriva en menos personal disponible en Santiago y menos capacidad para ver a sus pacientes.

En este caso se repite la queja sobre las formas de la gerencia expresada en otras ocasiones por representantes sindicales. No ha habido una negociación previa, asegura un trabajador del centro santiagués, que indica que los médicos se ven en realidad obligados a ir al hospital de O Barbanza. Insiste en que la voluntad es la de ayudar, pero preocupa el impacto que esto está teniendo sobre los pacientes que tienen en Santiago.

El documento que el servicio de Oncología ha remitido a la gerencia expone esos efectos. Señala que, además, el servicio en Santiago tiene desde diciembre un médico menos porque, con el proceso de estabilización, un profesional se ha ido a ocupar su plaza en otro centro. Con esta situación, dicen, tienen que reforzar Medicina Interna en O Barbanza, en donde en la actualidad solo hay cuatro profesionales.

La dirección del área sanitaria remite al anuncio de la Xunta para ofrecer 400 plazas de profesionales sanitarios que considera de difícil cobertura sin oposición y solo con un concurso de méritos. En esa convocatoria se van a incluir 15 puestos en O Barbanza, señala, y cuatro de ellos van a ser de Medicina Interna. Habrá también dos para pediatras, dos para análisis clínicos, y una para cada una de las especialidades de ginecología, traumatología, radiodiagnóstico, anestesia, hospitalización a domicilio, psiquiatría y psicología. La solución, admite la gerencia, no es definitiva: los trabajadores deberán permanecer un mínimo de dos años en estas plazas, pero podrían moverse después de eso.

Conflictos encadenados

Desde que Eloíña Núñez fue nombrada hace seis años como gerente del área sanitaria de Santiago y O Barbanza, un cargo de confianza que depende de la Xunta, los conflictos con los trabajadores se han sucedido. Han ganado intensidad en el último año. En un espacio de seis meses tres servicios del hospital compostelano (Medicina Interna, Ginecología y Otorrinolaringología) se quedaron sin jefe. La protesta por la falta de personal estuvo detrás de las dimisiones de los dos primeros, mientras que el último tuvo que dejar su puesto tras meses de huelga en el servicio por su trato “personal, profesional y administrativo”.

Pero no han sido los únicos problemas dentro del área en estos años. Hubo cambios en más servicios, como Urgencias, Radiología, Medicina Preventiva, Análisis Clínicos o Neurocirugía y una huelga en la UCI. A las críticas que representantes sindicales hacen a un talante que califican de “autoritario” de Eloína Núñez se suman las que se dirigen a los resultados prácticos de sus decisiones. Cuando dimitió el jefe de Ginecología en Santiago, el sindicato de médicos CESM difundió un comunicado en el que atribuía varias dimisiones de jefes de servicio y cargos intermedios a la “presión insoportable” por parte de la dirección. Cargaba también contra la “nula planificación y una ineficacia manifiesta de la gerencia” que han llevado a situaciones de conflicto en varios departamentos.

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