Felipe VI ha exigido este miércoles ante la Asamblea General de la ONU a Israel que detenga “ya la masacre” en Gaza. Y ha defendido el reconocimiento del Estado palestino impulsado por el Gobierno español hace un año y medio y al que se han sumado estos días países importantes como Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Portugal y Bélgica. Un reconocimiento que no apoya la oposición en España.
Eso sí, el jefe de Estado no ha llegado a hablar de “genocidio”, algo que sí hace el Gobierno y el secretario general de la ONU, António Guterres, que incluso ha exigido estos días ante la Asamblea el cumplimiento de las órdenes de arresto de la justicia internacional contra Benjamín Netanyahu por genocidio y crímenes de guerra. Felipe VI ha evitado referirse a esto en un discurso que, como todos, no pronuncia sin ser supervisado por el Ejecutivo.
“Seamos claros, condenamos rotundamente el execrable terrorismo de Hamás y especialmente aquella matanza brutal del 7 de octubre de 2023 contra la población israelí y reconocemos el derecho de Israel a defenderse. Pero, con la misma firmeza, demandamos que el gobierno de Israel aplique sin reservas el derecho internacional humanitario en toda Gaza y Cisjordania. Exigimos que la ayuda humanitaria llegue sin dilaciones, un alto el fuego con garantías y la liberación inmediata de todos los rehenes que aún retiene Hamás con tanta crueldad”, ha añadido el jefe del Estado.
En relación con la ofensiva israelí en Gaza, Felipe ha insistido: “No podemos guardar silencio, ni mirar hacia otro lado, ante la devastación, los bombardeos, incluso de hospitales, escuelas o lugares de refugio; ante tantas muertes entre la población civil; o ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas... ¿con qué destino? Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa. Repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional”.
En este punto, Felipe VI ha recordado el pasado común de España y el pueblo judío: “España es un pueblo profundamente orgulloso de sus raíces sefardíes. Cuando hablamos al pueblo de Israel, estamos hablando a un pueblo de hermanos, un pueblo que, cuando regresa a España –a Córdoba, a Toledo, a Sevilla, a Barcelona- regresa a su casa; fue ese el principio inspirador de la ley por la que, en 2015 y con amplio consenso, se concedió la nacionalidad española a los descendientes de los judíos sefardíes originarios de España. Por eso nos duele tanto, nos cuesta tanto comprender lo que el gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza. Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia”.
El rey, así mismo, ha hecho una defensa del reconocimiento del Estado palestino, algo a lo que se resiste a hacer el PP de Alberto Núñez Feijóo: “La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad para hacer realidad cuanto antes una solución viable que contemple la existencia de los dos Estados. El reconocimiento del Estado de Palestina por parte de un número creciente de miembros de nuestra Organización, al que España se sumó el pasado mes de mayo, debe ayudar a conseguir una paz regional justa y definitiva, basada en la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas y también en el reconocimiento universal del Estado de Israel”.
Defensa del multilateralismo
El jefe de Estado también ha hecho una defensa del multilateralismo en un momento en el que está profundamente amenazado por las políticas del presidente de EEUU, Donald Trump.
“Creer en las Naciones Unidas es creer con firmeza en la universalidad de los principios y valores recogidos en su Carta y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; es eludir la tentación de modularlos con particularismos, con relativismos, con excepciones. Porque la dignidad del ser humano no es negociable. Creer en las Naciones Unidas es, también, creer en un mundo basado en normas. Las normas generan conductas a las que se ciñe la enorme mayoría de los actores internacionales. Incluso cuando se incumplen o se vulneran, hay base para reivindicarlas, para hacerlas valer. Las normas son la voz de la razón aplicada a las relaciones internacionales, la mejor defensa que tenemos ante la ley del más fuerte. Un mundo sin normas es una terra incognita; un tiempo sin normas es una Edad Media”, ha afirmado Felipe VI.
El rey ha explicado que esta ausencia de reglas se está “viendo en el continente europeo, en Ucrania, con la guerra desencadenada por la agresión âno provocada e injustificableâ de Rusia, en violación de la soberanía y la integridad territorial del país. La paz en Europa no será posible sin justicia ni responsabilidad. España seguirá apoyando todos los esfuerzos encaminados a lograr una paz justa y duradera, basada en los principios de la legalidad internacional, el respeto a los Derechos Humanos y la rendición de cuentas. Lo vemos también, en toda su crudeza, en Oriente Próximo, en Palestina, en la Franja de Gaza”.
En sintonía con los principios de Naciones Unidas, Felipe VI ha señalado: “Creemos que la inmigración, adecuadamente gestionada, es un vector de desarrollo mutuo para las sociedades de origen, tránsito y destino, y que los Derechos Humanos de los migrantes deben ser, en consecuencia, la referencia principal de nuestra acción”.
El jefe del Estado, además, ha reclamado financiación para la ONU, en un momento de recortes masivos de fondos por parte de Trump: “Apelo, en estos momentos de graves tensiones presupuestarias, al compromiso de todos los estados miembros con la organización”.