El negacionismo climático pierde fuelle en Brasil tras las devastadoras inundaciones en el sur del país

Bernardo Gutiérrez

Río de Janeiro —

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El pasado 8 de mayo, Ricardo Gomes, vicealcalde de Porto Alegre, apareció en una retransmisión en directo durante el rescate de víctimas de las inundaciones en Río Grande do Sul con uno de los mayores símbolos del negacionismo climático del país: una gorra de Brasil Paralelo. Afiliado al Partido Liberal (PL) del expresidente Jair Bolsonaro, Gomes divulgó varios vídeos en su cuenta de Instagram luciendo la gorra de Brasil Paralelo, una poderosa productora de extrema derecha que difunde fake news y elabora documentales como Cortina de fumaça, que pone en entredicho el calentamiento climático. El gesto de Gomes no era mero simbolismo, sino la punta del iceberg de una turbia relación económica entre el Ayuntamiento de Porto Alegre y Brasil Paralelo, tal y como reveló una investigación de la Agência Pública.  

La postura negacionista de Gomes llegó de la mano de una orquestada oleada de fake news. Hasta 4,3 millones de mentiras compartidas en redes sociales, según el Instituto Democracia em Xeque (DX). Durante los primeros días de las inundaciones –que duran ya más de dos semanas y han dejado al menos 162 muertos–, los perfiles negacionistas minimizaron los efectos del cambio climático, responsabilizando de la tragedia a la Agenda 2030 de Naciones Unidas e, incluso, a un supuesto ritual de la cantante Madonna.

Cuando las inundaciones empeoraron, la desinformación bolsonarista cambió de estrategia: fueron divulgadas imágenes creadas con inteligencia artificial del helicóptero de Havan (marca cercana a Jair Bolsonaro) ayudando en las tareas de rescate o bulos atacando al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. El Instituto Cultural Floresta (ICF), capilarmente unido a Brasil Paralelo, divulgó la compra de cien antenas de Star Link, afirmando que el servicio de Internet por satélite de Elon Musk era el único disponible en Río Grande do Sul, algo rotundamente falso.  

A pesar de las fake news, las inundaciones que asolan Río Grande do Sul han cambiado de forma inequívoca la opinión pública en Brasil. El diluvio bíblico en tierras bolsonaristas –Bolsonaro ganó en algunas de las regiones más afectadas con más del 70% de votos en 2022– ha hecho perder fuelle al negacionismo climático. Una encuesta de Quaest del pasado 9 de mayo reveló que el 99% de los encuestados encuentra alguna relación entre las inundaciones de Río Grande do Sul y el cambio climático. 

Relación directa

Felipe Nunes, CEO de Quaest, asegura a elDiario.es que “la realidad está imponiéndose”. El 64% de los encuestados considera que la tragedia de Río Grande do Sul y el cambio climático están directamente relacionados; el 30% estima que están algo relacionados y sólo el 5%, poco relacionados. “Las personas están viviendo tanto los efectos perversos del cambio climático que empiezan a considerar esos problemas como reales, no como parte de un debate ideológico”, matiza Nunes. El resto de resultados de la encuesta son contundentes: el 94% se muestra muy preocupado por las consecuencias económicas de la tragedia de Río Grande do Sul y el 96% afirma que los fenómenos naturales extremos han aumentado en los últimos años.

El cambio climático se asentó definitivamente en la percepción de la realidad que tienen los brasileños a lo largo del año 2023. El país sufrió una de las peores sequías históricas en la Amazonia, olas de calor inéditas e inundaciones en Río Grande do Sul en septiembre. A finales de 2023, el 80% de los brasileños estaban preocupados por el cambio climático, según una encuesta del Grupo Boticario. El 71% consideraba que los eventos climáticos extremos estaban ocurriendo con más frecuencia. Por otro lado, un estudio del Instituto de Tecnología y Sociedad (ITS) de finales de 2023 revelaba que el 94% de los brasileños creía que el calentamiento global estaba en marcha. No obstante, el porcentaje que responsabiliza a la acción humana por el mismo era del 74%. 

“Teniendo en cuenta que Río Grande do Sul es uno de los estados más negacionistas, por la fuerza del sector agropecuario, los números de la última encuesta de Quaest son buenos. Tengo la seguridad de que la tragedia ha aumentado mucho la sensibilidad respecto al cambio climático”, asegura a elDiario.es Carlos Nobre, uno de los científicos ambientales más renombrados de Brasil. 

La crisis ambiental del sur de Brasil ha puesto en el centro de la diana a Eduardo Leite, gobernador de Río Grande do Sul. Leite ha pasado de ser el presidenciable favorito del histórico Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) a un político tóxico. La encuesta de Quaest reveló que el 68% considera que Leite es el principal responsable de la tragedia.

Políticos bolsonaristas y negacionistas

En las últimas semanas, Leite, presidente del centro derechista PSDB que ya gobernó Brasil entre 1995 y 2003, ha sido acusado reiteradamente de ser negacionista del cambio climático. En 2019, el gobernador podó 480 artículos del Código Ambiental de Río Grande do Sul para contentar al sector agropecuario. Liberó pesticidas, flexibilizó la protección de manantiales, redujo las áreas de protección ambiental y la reforestación de los márgenes de los ríos, entre otras muchas medidas. 

Si bien Lula ganó las elecciones en ciudad Porto Alegre en 2022 con un 53,5% de los votos, en el interior de Río Grande do Sul, Bolsonaro se impuso con contundencia. Algunas de las ciudades más afectadas por las inundaciones son bastiones de la extrema derecha brasileña. Bolsonaro arrasó en 2022 en Nova Pádua (84% de los votos), Gramado (75%) o Farroupilha (74%), con un discurso fuertemente negacionista y prometiendo carta blanca al sector agropecuario.

Parte de los alcaldes bolsonaristas del interior de Río Grande do Sul han adoptado la estrategia de responsabilizar al Gobierno de Lula por la tragedia. El periodista de investigación Leandro Demori ha denunciado que algunos alcaldes del Partido Liberal (PL) han optado por no pedir ayuda al Ejecutivo central, para después responsabilizar al presidente por la falta de recursos. 

El bolsonarista Fabiano Feltrin, alcalde de Farroupilha, una de las ciudades más afectadas por la tragedia, acusó en sus redes sociales a Lula de negar recursos a la ciudad. Waldez Góez, ministro de Integración y Desarrollo Nacional, divulgó públicamente que Farroupilha no había solicitado todavía la ayuda de emergencia y que bastaba con una simple petición a la Defensa Civil Nacional para garantizar el desembolso de los recursos.

Mientras el frío y las lluvias continúan azotando al colapsado estado de Rio Grande do Sul, el Senado aprobó el proyecto de ley 4.129/2021 que formula las reglas generales para la adaptación de Brasil al cambio climático. Apenas un senador votó en contra del proyecto, que tiene que ser aprobado por el Congreso: Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, Jair Bolsonaro.