22 muertos y 141 heridos en Bangkok
Al menos 16 personas han muerto y otras 141 han resultado heridas como consecuencia de los enfrentamientos mantenidos desde el jueves entre las fuerzas de seguridad de Tailandia y los 'camisas rojas' en la capital del país, Bangkok, según el último balance ofrecido este sábado por las autoridades del país. Tropas gubernamentales continúan tratando de forzar a los opositores a que abandonen su campamento, instalado desde hace varias semanas en el principal distrito financiero de la ciudad. Diversas granadas y ráfagas aisladas de disparos continuaban escuchándose hasta el amanecer.
El Ejército trata de establecer un perímetro alrededor de los 3,5 kilómetros cuadrados del distrito en el que se apostan cerca de 15.000 manifestantes, que continúan negándose a retirarse, como solicita el Gobierno.
El pasado lunes, los líderes del Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura (FUDD) y el Gobierno llegaron a un acuerdo que establece la celebración de elecciones el próximo 14 de noviembre. Sin embargo, los opositores se niegan a abandonar sus protestas hasta que no se enjuicie al viceprimer ministro del país, Suthep Thaugsuba, responsable de las fuerzas de seguridad, por la muerte de decenas de personas durante las manifestaciones.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, solicitó este viernes el cese de la violencia en Tailandia e instó tanto al Gobierno como a los líderes de la oposición a que reabran el diálogo y pongan fin a las tensiones y a la pérdida de vidas humanas.
El Gobierno tailandés aseguró el viernes que el orden sería restablecido “en los próximos días”. Una fuente cercana al jefe del Ejército, Anupong Paochinda, aseguró que en las próximas horas se desplegarían nuevos refuerzos ante el temor a la llegada de nuevos manifestantes durante el fin de semana.
Los efectivos militares dispararon bombas de gas lacrimógeno y pelotas de goma contra los opositores, que contestaron incendiando vehículos, colocando barricadas y lanzando piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad. El Ejército ha acusado a los manifestantes de poseer pistolas y granadas M-79. El portavoz de las Fuerzas Armadas Sansern Kaewkamnerd dijo que había unos 500 “terroristas” armados entre los manifestantes.
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